Eran el modo de ofrendar alimento a los dioses para que ellos fueran benéficos hacia los humanos”, explicó el arqueólogo Raúl Barrera
En conversatorio virtual, organizado por el INAH, se analizó esta práctica desde los casos del tzompantli de Tenochtitlan y dos grandes depósitos óseos hallados en Cholula y Teopanzolco