img
Museos 2016-01-11 18:40

sacrificio humano en Tenochtitlan

Investigación enriquece conocimiento sobre el sacrificio humano en Tenochtitlan

· Especialista del INAH realizó análisis de isotopía de estroncio a restos óseos asociados a ofrendas

consagratorias de las etapas IV y VII del Templo Mayor

· Se determinó que no todos los individuos inmolados eran cautivos de guerra, como lo indican las

fuentes históricas, sino que vivieron al menos seis años en la Cuenca de México

Análisis realizados a restos óseos humanos asociados al Templo Mayor de Tenochtitlan revelan que no

todos los individuos sacrificados eran cautivos de guerra, como lo aseguran las fuentes históricas, sino

que vivían en la Cuenca de México, donde habían habitado por lo menos seis años.

Mediante la investigación denominada Isotopía de estroncio aplicado a material óseo humano

localizado en ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, realizada por el arqueólogo Alan Barrera

Huerta, se determinó que los individuos no fueron inmolados al momento de su llegada y que eran

originarios de los territorios hoy ocupados por Tula, Hidalgo; los Altos de Chiapas; los Valles Centrales

de Oaxaca, la península de Yucatán y la zona norte del centro del país.

Algunos de los restos humanos hallados en las ofrendas consagratorias de las etapas

constructivas IV a (1440 – 1469 d.C.); IV b (1469 – 1481 d.C.) y VII (1502-1520 d.C.) del Huey

Teocalli fueron sometidos a un análisis de isotopía de estroncio, que identifica el lugar de procedencia

de personas migrantes, a través de la huella que deja en el tejido óseo la concentración de minerales

propios de su lugar de origen, entre los que se encuentra el estroncio.

Reconocido con una mención honorífica en los Premios INAH 2015, en la categoría de Tesis de

Licenciatura en el rubro de arqueología, el experto abundó que la composición mineralógica de los

suelos pasa a los organismos vivos a través de la cadena alimenticia y es asimilada por las estructuras

óseas, lo que da indicios de posibles regiones de origen. A esto se le conoce como firma isotópica.

Buena parte de los suelos de la Cuenca de México se componen de rocas de origen volcánico,

por lo que su firma isotópica es muy particular en comparación con la de otras áreas del país, explicó el

arqueólogo, adscrito a la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología

“Los huesos cambian su composición mineral entre seis a diez años de vivir en una determinada

región y de acuerdo con la alimentación varía la firma isotópica, pero los esmaltes dentales que se

forman en la vida intrauterina no se vuelven a modificar, por lo que esa huella se queda de forma

permanente, aunque las personas cambien de residencia”.

Bajo esas premisas, el arqueólogo Alan Barrera tomó muestras tanto de hueso como de esmalte

dental de seis individuos (cuatro de la etapa constructiva IV b; uno de la IV a y uno de la etapa VII), que

vivieron entre 1469 y 1521, durante los reinados de Motecuhzoma Ilhuicamina, Axayácatl y

Moctecuhzoma Xocoyotzin.

Los estudios que se realizaron en el Laboratorio de Geoquímica Isotópica de la UNAM

incluyeron fragmentos del único individuo de la Ofrenda 111, cráneos efigie y máscaras de cráneo. En

todos los casos se tomaron muestras de la base de los cráneos y se utilizaron molares sanos de cada uno

de ellos.

El arqueólogo informó que eligió en su mayoría ofrendas de la etapa IV porque ya se habían

identificado materiales de diferentes procedencias y el estudio buscaba confirmar si los individuos eran

foráneos, además de que dichos depósitos son de los más completos y heterogéneos de las ofrendas de

consagración del Templo Mayor. Estos depósitos están organizados como cosmogramas, es decir, los

objetos dispuestos representan los tres niveles del universo: el inframundo, el espacio terrenal y el

celeste.

Los resultados del estudio al infante de la Ofrenda 111, de la etapa IV a (1440-1469 d.C.), lo

ubican como un habitante de la parte norteña del centro del país (actuales estados de Querétaro, San

Luis Potosí e Hidalgo), lo que concuerda con lo indicado por las manchas ocres en sus piezas dentales

(fluorosis) originadas por el consumo de agua de cuerpos con alto porcentaje de flúor. Se trata de un

individuo no mayor a cinco años depositado en el adoratorio del Templo mayor dedicado a

Huitzilopochtli y, hasta donde se pudo observar, estuvo ataviado a la usanza de este dios guerrero.

La Ofrenda 64 perteneciente a la etapa VII (1502-1520 d.C.) era de un infante de entre 10 y 11

años. El análisis de esta máscara cráneo estableció que el individuo procedía de los Valles Centrales de

Oaxaca o de la región de la península de Yucatán. “Esas dos localidades tienen firmas isotópicas muy

similares”.

Los individuos muestreados de las ofrendas 13 y 88 de la etapa IV b (1469-1481 d.C.), eran

hombres de entre 20 y 30 años, y por los análisis del esmalte se precisó que procedían de la región

cercana a Tula, Hidalgo.

Finalmente, los restos de las ofrendas 11 y 20 de la etapa IV b (1469 – 1481 d.C.) son cráneos

efigie (individuos decapitados) que pertenecieron a una mujer de entre 20 y 30 años y a un joven de

entre 15 y 20 años, respectivamente. Los dos tienen una misma firma isotópica de los Altos de Chiapas

o la región de Perote, Veracruz.

Los índices obtenidos del análisis a las muestras de hueso y de esmalte revelan si un individuo

es migrante o permaneció en un mismo lugar la mayor parte de su vida. “Estos datos son importantes

porque muestran que las personas ofrendadas que se sometieron a isotopía de estroncio no fueron

sacrificados al momento de su llegada, sino que por lo menos vivieron seis años en la Cuenca de México, tiempo suficiente para que sus huesos guardaran la firma isotópica de esta región, considerada

para este análisis como suelo local”.

De manera que los individuos sacrificados procedían de las regiones conquistadas, con

excepción del personaje de la Ofrenda 64, que fue oriundo de los Valles Centrales de Oaxaca o la

península de Yucatán, según lo establece la firma isotópica de esmalte, concluyó.

Mas Articulos