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Flamenco Rosa del Caribe

FLAMENCO ROSA DEL CARIBE



Programa integral de conservación de las lagunas costeras de la península de Yucatán.







La Dirección de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos; la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP); la Fundación Pedro y Elena Hernández, A. C. y diversos organismos dedicados a la preservación del flamenco rosa, trabajan en conjunto para fortalecer las actividades encaminadas a lograr una población estable, proteger su hábitat y apoyar el trabajo de sensibilización comunitaria.





En la península de Yucatán es posible encontrar bosques, selvas, ciénagas y lagunas costeras que se han mantenido en buen estado de conservación; grandes mamíferos como el jaguar; aves costeras residentes y migratorias (más de 395 especies); cocodrilos, tortugas marinas, animales prehistóricos como el cangrejo cacerola; visitantes distinguidos como el tiburón ballena y un habitante permanente, pero también migratorio que tiñe el cielo para deleite de los lugareños: el flamenco rosado del Caribe. Ave que surca el cielo de las Reservas de la Biósfera Los Petenes, Ría Celestún y Ría Lagartos, esta última, es el único lugar en donde anida y crece dentro de la República Mexicana.





El flamenco rosado del Caribe es una especie carismática y emblemática para los yucatecos. El Dr. Jorge Correa, investigador del Colegio de la Frontera Sur, especialista en aves con amplio conocimiento del flamenco, integrante del equipo multidisciplinario que trabaja en Ría Lagartos, comenta que “actualmente, la población es de aproximadamente 30 mil ejemplares, esto, de acuerdo al último censo aéreo. En general la población es sana y está distribuida, considerando las etapas de su ciclo anual de vida, desde Los Petenes hasta Ría Lagartos”. Es por ello que los esfuerzos de la CONANP y de diferentes institutos de investigación y organizaciones especializadas, se centran en dos aspectos fundamentales: su monitoreo y estudio permanente, y con una visión integral, el estudio de su hábitat y la implementación de estrategias de conservación – restauración de los ecosistemas.





El flamenco rosado del Caribe se mueve agrupado en grandes bandos, su presencia está extendida en las costas de varios países de la región continental e insular del Caribe como: Bahamas, Cuba, Haití, Colombia, Venezuela, noreste de Brasil, Guyana, Antillas Holandesas y México, sin embargo, actualmente puede considerarse reproductivamente muy vulnerable. Anida en colonias y depende en gran medida del agua para completar su ciclo de vida.





Constantemente se enfrenta al deterioro de los humedales, su frágil hábitat que sufre cambios hidrológicos y degradación en las zonas costeras debido al desarrollo urbano, trayendo consigo la fragmentación de las áreas para reproducirse, abrevar, alimentarse y descansar.





La concentración de contaminantes les ocasiona enfermedades, son vulnerables al envenenamiento por plomo, sufren lesiones y muerte por colisión con los tendidos eléctricos y son afectados por el turismo poco responsable.





Los flamencos han abandonado los sitios de alimentación y cría debido a las perturbaciones que sufren (Allen, 1956; Baldassare y Arengo, 2000). La asignación de nuevos sitios es cada vez más difícil debido a la invasión humana.





Actualmente, se tiene conocimiento de la existencia de colonias reproductivas en Cuba, Venezuela, Bonaire, México y Las Bahamas. Asimismo, en la última década, existen reportes de anidación, no confirmados, en Colombia y República Dominicana, a los que se suma la pequeña e histórica población reproductiva de las Islas Galápagos.





Para salvaguardar una especie, además de entender su ciclo de vida, es necesario estudiar el estado actual de los ecosistemas en el que habitan. Es necesario conocer y cuidar las cadenas alimenticias presentes en cada ecosistema. Cada organismo desde el más diminuto hasta el majestuoso jaguar, depende de otros para subsistir, todos son importantes y con la desaparición de uno de ellos se compromete la vida de los demás.





La conservación del flamenco depende en gran medida de la salud de las lagunas costeras, de la calidad y cantidad de agua dulce que se vierte al continente en forma de manantiales, de los flujos de entrada y salida del agua del mar, de los mangles que sirven de contención de tormentas, refugio y maternidad de peces marinos, y así hasta llegar al alga color rojizo de la cual se alimenta la artemia y que proporciona el color característico al flamenco rosado del Caribe.





El anillamiento de flamencos consiste en marcar a un grupo de 500 ejemplares jóvenes (llamados volantones), con dos anillos de identificación antes de que emigren de la colonia en la que nacieron. Esta marca es única e irrepetible para cada animal y permitirá rastrearlos a lo largo de su vida para conocer sus patrones de vida. Algunas de estas aves han sido avistadas en lugares como Florida, en varias Ciénegas de Cuba, lagunas del Estado de Yucatán y una población creciente en Holbox y la reserva de Yum Balam. Debido al enfoque educativo que se confiere al programa, se organizan pláticas y talleres que involucran a la comunidad.





La fecha de anillamiento se determina una vez que se evalúa el desarrollo de la articulación de las patas de los pollos, la cual debe de ser lo suficientemente grande para evitar que la marca se resbale, esto debe realizarse antes de que puedan volar. Este proceso debe ocurrir entre los 75 y 80 días de nacidos, sin embargo, el desarrollo corporal que alcanzan durante el primer mes depende de la disponibilidad de alimento, por lo que la fecha es variable. En el 2015 el anillamiento se llevo a cabo el 29 de agosto y se logro anillar a 407 volantones o pollos de flamenco.





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