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Autor del Sistema Teatral de Readaptacion y Asistencia Preventiva
Autor del Sistema Teatral de Readaptación y Asistencia Preventiva
ï‚· En el pasado Festival Internacional Cervantino participó con
la puesta en escena Hamlet en el Cefereso de Ocampo,
Guanajuato, a través del programa Cervantino para Todos y
en Proyecto Ruelas
Jorge Correa ha logrado lo que nadie: juntar a integrantes de pandillas
y cárteles rivales, Mexicles y Aztecas con Zetas y Templarios que se
encuentran en reclusión, para hacer, sin que se confronten, teatro en
la prisión, labor a la que ha dedicado los últimos 32 años de su vida.
Distinguido por la UNESCO como el Padre del Teatro
Penitenciario en México, advirtió que con esta actividad no se trata de
hacer actores, sino de transformar al individuo en reclusión, por medio
de la magia del teatro, que no sólo les brinda momentos de libertad en
la prisión, sino también un encuentro con ellos mismos a través de los
otros.
A la fecha, Jorge Correa ha estado en prácticamente todos los centros
de readaptación social del país, 400 de los 460 que existen. Le han
faltado los preventivos, donde se les interna por faltas administrativas
durante algunas horas, como el llamado Torito, lugar al que también
ha acudido para presentar obras no para asustar, sino para proponer un cambio de juicios y actitudes, mostrando lo que pudieron haber
provocado, por ejemplo, al manejar alcoholizados.
Liberarte llega al Cervantino
Fue apenas el año pasado que por primera vez una puesta en escena
hecha desde la prisión llegó al Festival Internacional Cervantino. La
obra Hamlet, realizada con la participación de 50 internos desde el
Cefereso 12, ubicado en Ocampo, Guanajuato, fue el debut de lo que
se ha conformado como el proyecto Liberarte.
La primera participación del teatro de encierro en el Cervantino y
de Jorge Correa como oriundo del municipio de Salvatierra, en
Guanajuato, fue la novedad en el festival, pues “yo me fui con todo, no
teatrito de papel, teatro de parecer ser, dije voy a hacer teatro de ser,
voy con todo y si es el Cervantino a romper lo que se tenga que
romper, pedí escenografía, el mejor vestuario, ya que no podía irme
con pequeñeces”.
Con tres funciones al interior del penal y una transmisión en las
escalinatas de la Universidad de Guanajuato, el teatro penitenciario
hizo un magnífico papel. “Que nos vamos llevando las críticas más
positivas, que hasta en twitter Rafael Tovar y de Teresa, el presidente
del Conaculta, me felicitó”.
Y es que la obra simplemente cautivó. “Tú los ves y no le piden
nada a ninguna compañía profesional”, a pesar de que no son actores
y de que el montaje se preparó con sólo tres meses de anticipación,
con reos de diferentes perfiles y diferentes cárteles.
La magia de hacer teatro con quienes estuvieron presos, es que
“ellos tienen la vivencia para decir no la riegues, te lo está diciendo
alguien que duro 20, 25 años o más en prisión, que perdió todo y que
está aquí dando un consejo directo, no un parecer ser, la vida te la
estoy mostrando, que si te equivocas vas directamente para allá y no
hay vuelta de hoja”.
Jorge Correa, infatigable en esta labor, ahora viajará a Sonora, al
Cefereso 11 de Hermosillo, donde estará un mes para hacer lo suyo,
ofrecer a los internos un encuentro con ellos mismos a través del
teatro, que al mismo tiempo les brinda momentos de libertad en
prisión.
AGB
Palabras Clave:
teatro penitenciario