En las entrañas del occidente mexicano, entre la mezcla de tradición, historia y sabores, surge el tejuino Colimense, una bebida que se remonta a la época prehispánica y que, hoy en día, se erige como un auténtico elixir refrescante. Su nombre proviene del náhuatl "tecuin", que significa latir, el tejuino era el aliado perfecto para calmar la sed de aquellos que realizaban arduos trabajos bajo el inclemente sol.