La puesta en escena muestra la lucha por el poder, además de que devela la corrupción imperante en el mundo de la polÃtica; la obra resulta una farsa delirante, donde un rey y su fiel lacayo tendrán una lucha descarnada por el poder del reino. Una farsa donde el espectador es testigo de las simulaciones, pugnas, acuerdos, e impunidad de la clase gobernante.