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Cine 2015-09-09 11:27

En la Cineteca Nacional analizan el cine de propaganda de los años treinta

Charlas de cine del Centro de Documentación



En la Cineteca Nacional analizan el cine de propaganda de los años treinta



La investigadora Tania Ruiz Ojeda habló del papel del Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad durante el periodo cardenista



En la década de los treinta el cine en México como en otras partes del mundo tuvo un uso específico, como propaganda; así lo planteó la investigadora Tania Ruiz Ojeda durante su conferencia “El cine de propaganda en los 30’s y el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad, construyendo la imagen de México para el mundo”, que se realizó este 8 de septiembre en la Sala 4, Arcady Boytler.

La conferencia de la doctora en Historia del Arte, coordinada por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional, explicó la historia del Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP) que bajo el mando del entonces presidente Lázaro Cárdenas estuvo a cargo de la difusión nacional e internacional de la cinematografía que reflejaba las ideas socialistas, las tradiciones indígenas, el turismo y el progreso educativo en México.

Esta institución inició operaciones el 1 de enero de 1937. Hasta diciembre de 1939, momento en que se decretó su desaparición, se encargó de realizar películas de corte pedagógico y propagandístico, además de comprar y distribuir materiales del mismo corte. También estuvo a cargo de la elaboración de los carteles oficiales, publicaciones, programas de radio y conciertos musicales del Estado mexicano.

En busca de una estética cinematográfica, Cárdenas y el DAPP se inspiraron en la propaganda del nacionalsocialismo en Alemania. La maestra del CUEC insistió en que, lo que podría parecer controversial dado al estigma histórico del nazismo, debe entenderse en su debido contexto. “En ese momento, y están los documentos para probarlo, si había que buscar un modelo de comunicación efectivo, el más efectivo era el de los alemanes”.

Representantes del gobierno de Cárdenas, acompañados de un grupo de periodistas, realizaron una visita al Ministerio de Propaganda en Berlín “meses antes de la promulgación del decreto que dio origen al DAPP”, en 1936, para conocer el trabajo del equipo de Joseph Goebbels.

“El control de la comunicación va a resultar sumamente relevante para el desarrollo de acontecimientos históricos”. Ruiz Ojeda aseguró que los gobiernos de muchas naciones de esa época, desde la Alemania nazi hasta la España republicana, comprendían al medio cinematográfico como algo mucho más que entretenimiento. “El cine, como una forma de propaganda, es considerado en la década de los treinta, como uno de los métodos más eficaces”.

Las críticas en contra del DAPP surgieron casi inmediatamente después de su creación. Hubo un grupo de cineastas, del que sobresalía Alejandro Galindo, que se quejó de la censura impuesta por el régimen cardenista ya que éste limitó el carácter de las producciones mexicanas y de lo que se veía en las salas de cine en su afán de impulsar la imagen nacionalista.

La ponencia se ejemplificó con tres producciones destinadas a la propaganda y la difusión ideológica del cardenismo: Petróleo: Sangre del mundo (Fernando de Fuentes, 1936), El Centro de Educación Indígena Kherendi Tzizica en Paracho Michoacán (Felipe Gregorio Castillo, 1938) y El petróleo nacional (Felipe Gregorio Castillo, 1940).

Las Charlas de cine del Centro de Documentación continuarán el martes 29 de septiembre con la conferencia de Isis Saavedra Luna, “Antilectura de la frontera norte a través del western clásico de Hollywood”, en la que se proyectará la película El retorno del forajido (The Ride Back, Allen H. Miner, 1957).

RGY

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