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música 2015-03-20 13:38

The Gloaming recrea el misticismo celta en el Teatro de la Ciudad



The Gloaming recrea el misticismo celta en el Teatro de la Ciudad



La agrupación irlandesa se presentó por primera vez en América Latina en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México

Durante una hora los integrantes de la agrupación interpretaron canciones de su más reciente álbum debut grabado en la casa discográfica The Real World Records

Tras el reiterado aplauso del público, The Gloaming retornó en dos ocasiones al escenario para deleitar a los presentes

A través de notas musicales, la agrupación irlandesa The Gloaming llenó de misticismo celta el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, durante su primera presentación en América Latina la noche del pasado jueves 19 de marzo.

Con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) y en el marco de la celebración del 40 aniversario de Relaciones Diplomáticas México-Irlanda, el estilo de la agrupación llevó a los presentes a un fascinante viaje, en el que las sonoridades de piano, violines, guitarra y la voz gaélica llevaron a la memoria hacia los más bellos paisajes irlandeses.

En especial, el violín de Martin Hayes reflejó esos rasgos místicos y folclóricos de la cultura celta que recuerdan aquellos bosques de leyenda de la Edad Media, mientras que la guitarra de Dennis Cahill y el violín de Caoimhín Ó Raghallaigh reflejaron musicalmente la belleza de los acantilados de Moher, que se elevan hasta 120 metros sobre el Atlántico –y se extienden a lo largo de ocho kilómetros.

Y es que la particularidad de Irlanda radica también en la arquitectura georgiana que invade la isla, sobre todo en Dublín, a través de castillos e iglesias que son parte importante de la cultura celta y cuyas características podrían asociarse al sonido profundo y misterioso del pianista neoyorkino Thomas Barlett (también conocido como Doveman) y la aportación vocal de canto gaélico de Iarla O’Lionáird.

La aceleración de ritmo por parte de los violinistas, seguidos por la guitarra, contagió al público de ese rasgo sonoro de la música celta que irrumpe la tranquilidad para contagiar la alegría mediante la aceleración del ritmo y así desatar ese sonido veloz, lleno de misticismo celta, que va de lo espiritual a la festividad.

Los cinco integrantes de The Gloaming ejecutaron por poco más de una hora algunas de las composiciones de su primer material grabado en The Real World Records, el cual se publicó en 2013 y lleva el mismo nombre de la agrupación, basado en la forma musical tradicional irlandesa, así como en las historias y leyendas de la literatura inglesa.

La sensación de serenidad que generaron piezas como Samhradh Samhradh, Song 44, the Necklace of Wrens y Freedom permitieron a la vez el deleite del canto de Iarla O’Lionáird, quien creció en el condado de Crock --situado al suroeste de Irlanda-- y es considerado uno de los vocalistas más experimentados de la música tradicional celta.

Pero también un ambiente de festividad irlandesa se sintió a lo largo de la sesión musical. En ello llevó la batuta el violín de Martin Hayes, quien hizo sonar las palmas de los asistentes cuando compartió con el público del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris la música típicamente celta con temas como The Sailor's Bonnet, Allistrum's March y The Old Bush.

El público premió con generosos aplausos esta música ancestral complementada por toques contemporáneos, lo cual hizo que los intérpretes regresaran al escenario hasta dos veces más.

El vocalista, O’Lionáird, agradeció el recibimiento del público y al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, recinto del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura, por la calurosa bienvenida y recordó las actuaciones del conjunto en Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda.

De esta forma, The Gloaming celebró los 40 años de relaciones México-Irlanda, un país que tiene una superficie de 70 mil 273 kilómetros cuadrados y una población de 4 mil 832 millones de habitantes, y que comparte con nuestro país importantes relaciones no sólo culturales sino también económicas y comerciales mucho más atrás de cuatro décadas.

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