Se recordó a José Manuel Mijares y Mijares, pilar en la formación de arquitectos restauradores





Ø Es necesario que las nuevas generaciones conozcan a grandes arquitectos como él: Dolores Martínez



Ø Su legado queda en los monumentos que rescató y en los amigos y discípulos a quienes contagió su pasión por la arquitectura, coincidieron los participantes en la mesa redonda



Como intelectual, conocedor y defensor de la arquitectura del Centro Histórico de la Ciudad de México, además de amigo sensible y bromista, fue recordado el arquitecto José Manuel Mijares y Mijares a tres años de su fallecimiento, la noche del martes 30 de junio, ante una Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes abarrotada de amigos, familiares y alumnos.



Su legado queda en los monumentos que rescató y restauró, en los múltiples estudios en defensa del patrimonio inmueble del Centro Histórico de la capital y en la pléyade de amigos y discípulos a los que contagió su pasión por la arquitectura y la restauración arquitectónica, coincidieron los participantes en la mesa redonda: Xavier Cortés Rocha, Luis Arnal Simón, Homero Hernández Tena y Raúl Nieto García.



A decir de la directora de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Dolores Martínez, la mejor manera de recordarlo es mantener viva su presencia. “Seguimos en deuda con muchos arquitectos como él. Una de las tareas de la Dirección de Arquitectura es recordar a estos grandes maestros para que los jóvenes los conozcan.





“Para ello, no hay mejor forma que hacerlo desde su pensamiento, desde el recuerdo de los amigos que lo conocieron; explorar entre los libros que legó a la biblioteca de la Universidad La Salle, y, desde luego, lo que dejó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como iniciador del posgrado en restauración arquitectónica, que cumple más de 20 años”.



Durante su intervención, Xavier Cortes habló de la pasión por el conocimiento que mantuvo Mijares y Mijares: “Emanaba una gran autoridad. Es difícil encontrar a personas con su dedicación. Le gustaba investigar, leía muchísimo y no regateaba su conocimiento; siempre estaba dispuesto a compartirlo”.



Por su parte, Luis Arnal recordó la gran erudición que poseía José Manuel Mijares acerca de la arquitectura nacional y su importancia como formador de nuevas generaciones de arquitectos. “Con su carácter, siempre bromista, nos quería decir algo: que no nos conformáramos. Siempre se debe aprender más y vivir con alegría”.



Homero Hernández destacó el legado del arquitecto restaurador en la Universidad La Salle, a la que cedió su biblioteca, y, finalmente, Raúl Nieto aseveró que “México ha tenido a grandes personajes. Sigue teniéndolos: escritores, poetas o pintores, pero también arquitectos, grandes mexicanos que se encargan de construir espacios e incluso de preservarlos como testimonio de su historia patrimonial, como el maestro Mijares y Mijares”.