Realiza su primera gira en México

Golden Buddah Jazz Band interpreta el jazz oriental en el Festival Internacional Cervantino

· El líder y fundador de la agrupación, Hongwai Golden Buddah Kong, ha sido uno de los más fuertes impulsores del jazz en China

Guanajuato, Gto. Después de 15 años de interpretar jazz oriental en bares, restaurantes y recientemente en los más importantes festivales en Asia, Golden Buddah Jazz Band llegó por primera vez a México, invitada por el Festival Internacional Cervantino, para realizar una corta pero memorable gira que abarcó presentaciones en Durango, Ciudad de México, y dos más en Guanajuato.

En sus cuatro conciertos, el ensamble procedente de Beijing lució las composiciones originales de su líder y fundador Hongwai Golden Buddah Kong, que, aunque su apodo deviene de su niñez por causas ajenas a la música, la fuerza que representa ser llamado Buda Dorado, bien podría ser por su maestría en el piano, por su creatividad como compositor o por ser un digno representante de los sonidos tradicionales chinos en tiempos modernos y más allá de las fronteras.

Por casi dos décadas, Kong, como solista y con su agrupación, ha sido uno de los más fuertes impulsores del jazz en China, aún en el tiempo en que este género occidental moderno era casi desconocido en su país.

Tras años de estudios autodidactas y estadías académicas en Estados Unidos para perfeccionar su técnica, Golden Buddah supo cómo fusionar los instrumentos y ritmos tradicionales chinos con las síncopas y la improvisación del jazz.

El resultado de esos experimentos se escuchó el pasado jueves, en el foro favorito de los noctámbulos cervantinos, El Club del Trasnoche.

La ruta de la seda, con la eléctrica potencia de la guitarra en manos de Zhipeng Lang; el duro y el velocísimo golpe en los tambores y platillos por Haha Shao; y, el rudo jaleo de las cuerdas del bajo de Ginang Jun Xu, fue lo primero de Golden Buddah Jazz Band que se escuchó en vivo en Guanajuato.

Con obras como El invierno, La 5ª avenida o Rapsodia occidental, Kong y su piano llevaron a sus escuchas a reconocer en su jazz fusión, rock and roll, psicodelia, y hasta algo de música latina, sin perder, la esencia de la métrica y los sonidos orientales.

Para interpretar Los poemas antiguos de China, Golden Buddah cantó, pero no como lo hacía Louis Armstrong, Frank Sinatra, o cualquier otro referente occidental. Su voz era gruesa y sus frases eran cortas y tajantes.

Para complacer a su público mexicano en ésta, su primera visita, Golden Buddah Jazz Band preparó su peculiar versión de la que ellos calificaron como la canción más famosa del mundo: Bésame mucho en un chinise jazz style, una interpretación que causó ovación de pie y una exigencia con aplausos y vítores de no uno, ni dos, sino tres encore para su público mexicano.