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Musica 2015-05-22 14:13

Reciben con beneplacito libro sobre la Compania Nacional de Danza



Reciben con beneplácito libro sobre la Compañía Nacional de Danza





Ø Su historia, condensada en un volumen escrito por María Cristina Mendoza



Ø Ayudará a entender las lógicas del campo dancístico mexicano, coinciden



Ø Obra que fundamental para mantener viva la memoria de la danza, dicen





“Los clásicos también lloran”, dijo la investigadora Margarita Tortajada, y agregó: “Ese debería ser el subtítulo de Las instituciones oficiales de la danza clásica y la producción coreográfica nacional (1963-2003), libro de María Cristina Mendoza Bernal, el cual se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el de mayo, en un evento organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).



Y explicó: “Poco se sabe de los avatares y dificultades de la Compañía Nacional de Danza (CND): los tropiezos, las problemáticas internas; su vida no ha sido fácil, a pesar de que se le considera como privilegiada”, dijo la investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (CENIDI-Danza) José Limón del INBA.



Este libro ayudará a entender las lógicas del campo dancístico mexicano, es el libro de las instituciones oficiales. Quienes critican a la CND deberían de leer este libro, dijo Tortajada al señalar que en él se ofrecen diferentes visiones que ha tenido a lo largo de 40 años la danza en México, compilando diferentes voces que ofrecen un amplio panorama.



Libros, carteles, archivos personales, programas de mano, periódicos, son algunas de las fuentes a las que recurrió la investigadora para hablar del Ballet Clásico de México y su transformación en Compañía Nacional de Danza del INBA.



La autora de la obra, María Cristina Mendoza --ex primera bailarina de la CND, del Ballet Independiente y del Taller de Danza Contemporánea Andamio--, consideró necesario destacar el deseo de Celestino Gorostiza, director general del INBA en 1963, de concebir y perfilar un estilo para la que sería la Compañía de Danza con representación nacional.



Comentó que su intención inicial fue realizar una investigación sobre los coreógrafos de danza clásica mexicanos; sin embargo, su objetivo “se diluyó con el peso de la historia”.



Por otro lado, agradeció a quienes “conservan la memoria de la danza” en sus archivos, entre los cuales consultó –dijo-- los de Nellie Happee, Jorge Cano, Socorro Bastida, Susana Benavides y Ana Luna Mérida, hija de Ana Mérida.



La coreógrafa Nellie Happee, autora de obras como Carmina Burana y Esquina bajan, subrayó en su momento que la lectura del libro presentado le había traído a la memoria “muchas cosas lindas, anécdotas y también pérdidas; me ha hecho revivir épocas pasadas intensamente”.



Hizo hincapié en que fue en 1963 cuando José Gorostiza quiso reunir en una sola a la Compañía Ballet Concierto y al Ballet de Cámara, enfocada en lo clásico y moderno (no se utilizaba el término contemporáneo), dando como resultado el Ballet Clásico de México.



Recordó algunas de las vicisitudes que se vivieron en esa época, como la falta de equipo y de bailarinas; por otro lado, recordó el inicio de los ballets que se han convertido en clásicos de la Compañía y del público: El lago de los cisnes con sus primeras funciones en una isleta plagada de ratas; El cascanueces, cuyo estreno se dio en Monterrey y no agradó al público; La bella durmiente y Cri Crí, las cuales no siempre contaron con la fastuosidad con que se presentan ahora.



Mencionó que hasta los 65 años de edad fue cuando al fin pudo hacer realidad su coreografía Esquina bajan y que ahora tiene pendiente Marejada, con música del Danzón número 2, de Arturo Márquez.



Por su parte, Sylvie Reynaud, ex directora de la CND, también estuvo presente durante la presentación del libro, del que dijo “es una obra fundamental para mantener viva la memoria de la danza. Es un largo viaje hacia el pasado que viví de manera directa y con pláticas con maestros pilares de la danza”.



Consideró que el libro comentado es un texto indispensable para todo aquel que aspire a participar en esta disciplina: “Es como si estuviera leyendo un diario escrito por mí, aunque no sé cuándo es un recuerdo vivido y cuándo es un recuerdo platicado”.



El ingeniero Salvador Vázquez Araujo, ex subdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes, fue otro de los ponentes. En su intervención recordó que hizo contacto con diversos funcionarios y con el Ballet Nacional, con Raúl Flores Canelo, Clementina Otero, Ana Mérida, entre otros.



Realizó un convenio con el Ballet Nacional de Cuba para implementar un sistema de educación y formación de bailarines, mientras muchos lo tomaron con entusiasmo, otros lo criticaron ferozmente. Otros retos a superar fue conseguir un mejor espacio para que los bailarines ensayaran y un salario igual al de otros artistas pertenecientes al Instituto.



“Esto es una maravilla --dijo refiriéndose al libro--, cualquier persona a la que le interese la danza debe tenerlo, es un documento muy completo que narra la forma en que evolucionó la danza en México”, concluyó

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