La compañía Los Pinches Chamacos ha creado cada uno de los elementos del montaje durante un proceso de dos años. Todos los artefactos fueron hechos a mano y emplean un dispositivo lumínico de luces robóticas, láseres y leds; el vestuario es una instalación y una prótesis elaborada con elementos reciclados, piezas ortopédicas y circuitos electrónicos. “Todo el diseño de producción está pensado y creado para ser un teatro viajero, con el mínimo de elementos escenográficos, pero con el máximo de imaginación y poesía, que es la esencia de cada proyecto de la compañía”, afirma Castellanos.