Conforme se iban quemando los Judas monumentales estos eran apilados por los bomberos al lado de la Catedral de Toluca , donde carrizo y papel eran remojados para evitar que alguna llama encendiera estos restos de cartonerÃa mexicana. Al terminar el evento los niños, y algunos no tanto, se llevan a casa algún recuerdo de este evento como pueden ser cuernos, patas y en algunas ocasiones, si sobrevive, alguna cabeza de judas.