Musica

Trinum, coreografía sobre el tiempo

Trinum, coreografía sobre el tiempo





Ø Con esta pieza, Irina Marcano ganó el Segundo Concurso Interno de Coreografía de la Compañía Nacional de Danza





Una obra abstracta sobre el tiempo es Trinum de Irina Marcano, pieza ganadora del Segundo Concurso Interno de Coreografía de la Compañía Nacional de Danza.



“Cada quien tiene su propia percepción del tiempo. Para crear Trinum utilicé tres elementos: inicio, medio y fin, de allí el nombre de la coreografía. El objetivo de la obra es exaltar el aquí y el ahora. Ni siquiera nos damos cuenta de que el momento que vivimos, un segundo después, ya es pasado, y la siguiente acción es futuro”, señala en entrevista la bailarina de la agrupación del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).



“La música de Ondrej Smeykal –compositor e intérprete checo que toca el didyeridú, instrumento de viento utilizado por los aborígenes australianos–, ayuda a crear el concepto abstracto del tiempo que quiero manejar”.



La bailarina, de nacionalidad venezolana, formó parte del Ballet Contemporáneo de Caracas y del Ballet Nacional de Ecuador, y fue maestra de repertorio y ballet en la Escuela Metropolitana de Danza en Quito.



Refiere que su meta era ingresar a la Compañía Nacional de Danza de nuestro país: “Vine a hacer audición y no me quedé. Repetí el siguiente año y ya con el contrato que me ofrecieron me vine a trabajar a México. Desde hace cuatro años estoy en la compañía Nacional de Danza.



“Como bailarines estamos acostumbrados a trabajar con coreógrafos, porque es precisamente la coreografía la que marca cuál será nuestro desempeño en el escenario. Los grandes ballets clásicos se montan con base en una coreografía. Esa es nuestra experiencia más cercana, mas no estamos acostumbrados a ser nosotros los coreógrafos.



“Yo tenía la inquietud de montar coreografías desde hace varios años, pero mi primer intento fue apenas el año pasado con Planimetría del movimiento, que presenté en el Primer Concurso Interno de Coreografía de la Compañía y que, afortunadamente, el jurado seleccionó como ganadora. A partir de entonces me interesó hacer esta otra coreografía y dedicarme también a esta rama dentro del oficio que manejamos”.



La bailarina comenta que no ha tomado cursos especiales: “Es intuición de los movimientos aprendidos y la necesidad de crear algo. Me gusta mucho evaluar e investigar sobre las obras de los grandes coreógrafos.



“Y lo que inicia como intuición se convierte en aprendizaje, en el momento en el que te paras del otro lado del bailarín y empiezas a transmitirle un movimiento o una idea.



“En un año que ha transcurrido desde que presenté Planimetría del movimiento, la obra ha crecido en cada ensayo, cada presentación, cada vez que un maestro hace una corrección o hay cambios en la iluminación, en el vestuario. Eso mismo espero que suceda con Trinum”, afirma la bailarina, y manifiesta que para ella representa un triunfo que sus obras formen parte del repertorio de la Compañía Nacional de Danza.



“El Concurso Interno de Coreografía es un gran acierto; es una oportunidad para nosotros como bailarines de estar del otro lado, de investigar, desarrollar nuestra creatividad, entregarle el resultado a nuestros compañeros, ver el proceso e involucrarnos. Es un gran aprendizaje. Es otra rama que me gustaría seguir explorando, y no sería posible de no ser por el certamen de la Compañía”, finaliza.