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Ofrecen recorridos ludicos por la exposicion Lo terrenal y lo divino: Arte islamico de los siglos VII al XIX
Organiza Alas y Raíces en el Antiguo Colegio de San Ildefonso
Ofrecen recorridos lúdicos por la exposición Lo terrenal y lo divino: Arte islámico de los siglos VII al XIX
A través de cantos, bailes y leyendas, chicos y grandes pueden adentrarse en el arte del Medio Oriente
Se ofrecerán visitas los días 8, 9 y 11 de agosto, a las 11:00 y 13:00 horas
A ritmo del tambor, chicos y grandes pudieron disfrutar de un recorrido por el arte del Medio Oriente, a través de una visita lúdica que, organizada por el programa Alas y Raíces del Conaculta, se llevó a cabo por la exposición Lo terrenal y lo divino: Arte islámico de los siglos VII al XIX.
Mujeres con la indumentaria islámica, con túnicas negras y velos de vivos colores, daban la bienvenida al Antiguo Colegio de San Ildefonso para la realización de este recorrido lúdico encabezado por una joven princesa de nombre Aisha, quien con canciones, bailes y leyendas, contaba un poco de esa milenaria civilización.
Tras hablar un poco de las mezquitas, la cerámica y la joyería, a través de pegajosas tonadas que incluían palabras como “aguamaniles, cuencos, vasijas, aretes, brazaletes”, piezas que forman parte de la muestra, Aisha contó a los asistentes, entre los que había niños, papás y hasta adultos mayores, un poco de la historia de la caligrafía.
Recordó que el arcángel Gabriel reveló los designios de Alá al profeta Mohamed, quien no sabía escribir. Al paso del tiempo, dijo, “comenzaron a surgir manifestaciones artísticas y así surgió la caligrafía. Cada uno de los pueblos, en Egipto, en Turquía y en Siria, comenzaron a desarrollar una forma de escritura, dibujaban la palabra de diferentes formas”, como se puede observar en los hermosos paneles que se exhiben en Lo terrenal y lo divino.
Para ubicarse, Aisha apuntó que la civilización islámica creó el astrolabio, uno de los cuales, realizado en cobre con baño de oro, se encuentra en la exposición del arte de los pueblos del Oriente Medio que, añadió, “se encontraban en constantes guerras, hasta que llegó la fe, la palabra y la creencia, los pueblos se unificaron”.
Los asistentes a este recorrido lúdico seguían el ritmo del tambor y en medio de cantos, bailes y juegos de imaginación, llegaron a la sección de la guerra, donde se exhibe una armadura con su cota de malla, casco, cetro y protectores, así como fragmentos de naipes y un tablero de backgammon.
Y es que, al igual que otras civilizaciones que se formaron con juegos y batallas, la islámica creó diferentes juegos tácticos para que los contendientes en lugar de enfrentarse mano a mano, lo hacían con estrategias.
Un jeque árabe, que era el encargado de hacer sonar el tambor, destacó que la cerámica turca llegó a ser muy popular, tanto “que la podemos encontrar en el Castillo de Chapultepec, pues llegó hasta México. Todo eso tenemos en común, no somos ellos y nosotros, somos todos”.
La exposición Lo terrenal y lo divino culmina con la exhibición de piezas clave del arte islámico, los tapetes y alfombras, ante los cuales Aisha contó una bella historia de amor, la de su madre, Farah, hija de un jeque que esperó en la torre más alta de su palacio, a que llegara un príncipe en una enorme alfombra, quien sería digno de su amor.
Así, espero y esperó, hasta que una noche “comenzó a ver el brillo de las estrellas, que cada vez se acercaban más y más a su ventana, sorprendida miró, se acercó a la ventana y se dio cuenta que las estrellas habían bajado a su ventana y que había un príncipe sentado sobre las estrellas y recordó lo que le había dicho su padre, que las flores en las alfombras representan las estrellas y cada vez que te subas a una alfombra, es como tener el cielo en tus pies”.
Hay alfombras que decoran enormes palacios, pero otras, precisó Aisha, con motivos religiosos como la Alfombra de Ardabil, una de las más importantes del mundo pues es una pieza espectacular de 7.19 por 4 metros, que data de 1539, donde las flores representan las estrellas en el cielo y con la cual finaliza la exposición Lo terrenal y lo divino.
Este recorrido lúdico, concluyó con cantos y bailes, pues los asistentes aprendieron una canción en árabe que decía “Ya Ben-te Fele Melsha-ar, Tayat, Yo Jena-ala, Roos Al Rawaieb”, que acompañaron con danzas, ellos armados con espadas y ellas, con tambores.
Se ofrecerán seis recorridos lúdicos más organizados por Alas y Raíces, los días 8, 9 y 11 de agosto, a las 11:00 y 13:00 horas.
Adicionalmente, estas iniciativas se completaron el domingo 2 de agosto con un espectáculo de títeres y se repetirá el domingo 9, con música y el programa De Beirut a Cosamaloapan, a cargo de Eblén Macari Trío.
AGB
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Antiguo Colegio de San Ildefonso