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Cosas raras de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio aborda la tradición japonesa de autocastración infantil masculina

Cosas raras de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio aborda la tradición japonesa de autocastración infantil masculina





o Obtuvo el Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niños 2016



o Una obra terminada, redonda, con una excelente propuesta que gira alrededor de un tema universal, asentó en el acta el jurado



o Quería escribir desde hace tiempo una obra que reflejara lo que siento por los niños, dijo el poeta y dramaturgo asentado en Xalapa





El texto Cosas raras de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (inscrito con el seudónimo Aurelio Savandi) fue designado ganador del Premio Bellas Artes de Obra de Teatro para Niños 2016. El dramaturgo jalisciense radicado en Xalapa es considerado uno de los autores más importantes de las nuevas generaciones en México, con obras traducidas a varios idiomas.



Este galardón es convocado por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, y el Gobierno del Estado de Coahuila, por medio de su Secretaría de Cultura y del Patronato del Teatro Isauro Martínez, y está dotado de 200 mil pesos y diploma.



En el acta de jurado, sus integrantes, Mariana Hartasánchez, Ana Romero y Gerardo Méndez, otorgaron por unanimidad el premio a Cosas raras por considerarla “una obra terminada, redonda, con una excelente propuesta que gira alrededor de un tema universal.



“Los diálogos –señala el jurado en el acta– cuentan con gran agilidad y hay una economía de recursos que potencia la fuerza dramática e impide caer en el chantaje melodramático; es poco concesiva pero abre un lugar para la esperanza” y “permite que el espectador se replantee los prototipos masculinos y de paternidad”.



Al respecto, Gutiérrez Ortiz Monasterio comentó: “Yo quería escribir desde hace tiempo una obra que reflejara lo que siento por los niños, por eso escribí Cosas raras”.



El tema, agregó, se refiere a la tradición japonesa llamada Imewaru, que básicamente consiste en un rito de autocastración infantil masculina, pero ambientada en Tlacaluyapan.



“Particularmente, esta obra se la dedico a todos los niños de nuestro país”, expresó.



Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio es originario de Guadalajara, donde nació el 3 de diciembre de 1968. Poeta, dramaturgo, narrador y ensayista, además de articulista en medios de comunicación, participó en talleres literarios, principalmente en el de Patricia Medina en Guadalajara, entre 1989 y 1991.



Sin una educación formal, se inició en la escritura como editor en proyectos independientes y luego al impartir talleres literarios. Su obra se caracteriza por un sentido de humor sarcástico y corrosivo.





Es autor de numerosas obras que han sido llevadas a la escena y ganado diversos premios, entre ellas Diatriba rústica para faraones muertos (2000), De bestias, criaturas y perras (2003), Las chicas del 3.5” floppies (2003), Sensacional de maricones (2005), Odio a los putos mexicanos (2006) y Civilización (2007).



Entre los galardones que ha obtenido sobresalen el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2014, el Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia 2006, el Fringe First Award 2005 (entregado en el Festival de Edimburgo) y el Premio Iberoamericano de Dramaturgia 2000, convocado por la UNESCO y el Gobierno de Mérida.



En cuento es autor de Sirenas de escama gris (1992), y en novela, de Infiernos particulares (1994).



Sus obras han sido traducidas a cinco idiomas y en la actualidad es dramaturgo residente de la Compañía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana. En 2005 ingresó al Sistema Nacional de Creadores de Arte.