Este pueblo celebra la festividad del Ninín, “los que no han muerto”, en un acto de intercambio comunal entre los espíritus y los dioses
Los alabanceros abren y cierran el portal por donde llegarán los ancestros, guiados por el canto, y flotando por las corrientes de aire que atraviesan las casas
En Papantla, los totonacos celebran la festividad del Ninín, “los que no han muerto”, en un acto de intercambio comunal entre los espíritus y los dioses. A sus difuntos le ofrendan comida, flores e incienso, así como oraciones y cantos, que reflejan el cariño y esmero con el que han esperado su retorno