Con 1.60 m de largo, 80 cm de ancho y 40 cm de alto, destaca por su buen estado de conservación; inicialmente ha sido asociada al periodo Clásico Terminal (830-950 d.C.)
El sitio ha sido resguardado de cara a una prospección digital y toma de muestras para precisar en laboratorio su antigüedad e identificar la madera con que fue hecha
El libro La historia extraviada. Arqueología mexicana en el umbral del siglo XXI, de María Elena Matadamas, registra el desarrollo de investigaciones en 14 sitios y zonas arqueológicas de 1992 a 2008, entre los que se incluye Chichén Itzá