La soprano Lourdes Ambriz y el pianista Alberto Cruzprieto dedicarán concierto a Satie y Granados




o Con un programa conformado por obras poco interpretadas en nuestro país de ambos compositores



o El viernes 10 de junio a las 18:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes




Para festejar el 150º aniversario del natalicio de Erik Satie y el centenario luctuoso de Enrique Granados, la soprano Lourdes Ambriz y el pianista Alberto Cruzprieto harán un recorrido sonoro con obras poco interpretadas en nuestro país de ambos compositores, el viernes 10 de junio a las 18:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.




“La maestra Ambriz y yo hemos trabajado por muchísimos años, y estos son dos compositores que no habíamos abordado y nos interesaba tocarlos”, explicó en entrevista Cruzprieto.




Las piezas que ofrecerán de Satie están basadas en poemas de Léon-Paul Fargue, en los cuales son descritas una rana o una estatua de bronce, por ejemplo.




“Son obras desarrolladas bajo el espíritu vanguardista que permeaba aquellos años en Francia. Satie, un iconoclasta, rompió esquemas al elegir justo esos textos para crear música inscrita en lo que se conoció como café-concert: música popular que se tocaba en cafés coturnos, prácticamente cabarets, cuyo ambiente reunía a diversos artistas de todas las disciplinas. Era un mundo muy especial”.




Cruzprieto detalló que la obra de Satie se toca poco en nuestro país, “porque generalmente los intérpretes prefieren música más inmediata y vistosa, como las arias de ópera. A pesar de que las piezas del compositor francés representan un repertorio más fácil, pues el sonido no lo hacen las notas escritas, sino el sentido que el intérprete les da, Satie rompía con todo, se burlaba y, sin embargo, fue un músico admiradísimo por Debussy y Ravel”.




En el caso del español Enrique Granados, “hicimos una selección de tonadillas basadas en textos muy populares”. Asimismo, “interpretaré, para piano solo, una suite llamada Valses poéticos, y terminaremos con una de las piezas más representativas del compositor: La maja y el ruiseñor”.