Con invitados de lujo, Armando Palomas sacudió al Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”
· El cantautor se robó la ovación del recinto gracias a una emotiva presentación en el recinto del Centro Histórico
· José Cruz y “El Mastuerzo” fueron las sorpresas de la noche sobre el escenario
Por Aldo Herrera
Emocionado, entre amigos, con un costal de blues, nostalgia y humor bajo la boina, Armando Palomas logró transformar el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” en una suerte de bar que durante dos horas se desvivió en aplausos ante el cantautor y artesano del rock la noche del sábado 21 de mayo.
"Me siento como en un bar, pero grandotote", dijo sin más al público. Y cómo negarlo, si junto a invitados de lujo como el legendario músico José Cruz, de Real de Catorce, o Francisco Barrios “El Mastuerzo”, de Botellita de Jerez, provocó que las almas desgañitadas de los asistentes se movieran por completo al ritmo de sus letras sinceras, nostálgicas, rebeldes.
Con un "¡Buenas noches, Chilangolandia!", Palomas abrió la ráfaga de rocanrol junto a Los Corsarios del Blues, y no ocultó su emoción en el recinto de Donceles al finalizar “La novia”.
Apenas puso un pie en el escenario, el originario de Aguascalientes no dejó de bromear con la gente, de mostrarse enérgico, sin pelos en la lengua, tal cual es.
"Hay una historia detrás de esta canción...", dijo Palomas, haciendo evidente su gusto irredento por el sexo femenino. Acto seguido, dejó que la sensual María Peligro tomara el micrófono e hipnotizara con su voz al ritmo de blues interpretando "Tu muñeca".
La energía de Palomas y sus músicos se coló hasta el último rincón del “Esperanza Iris” con “Flaca, don’t go home". El cantante pidió que se encendieran las luces para ver a un teatro lleno que no dudó ni un instante en mostrar la euforia desatada por el músico. "¿Quién quiere ser mi grupie esta noche?", preguntó a la gente lanzando de inmediato “No dejes que una grupie se enamore de ti”.
De un lado al otro, respaldado por su banda y con el legendario José Cruz, Armando Palomas estremeció el recinto con el blues al ritmo de su inseparable armónica para acompañar los acordes de “Si un gato muere” y “Azul”.
Así, el teatro entero despidió de pie y entre aplausos al líder de la mítica agrupación Real de Catorce. Un unísono “¡Oeh, oeh, oeh, oeh… José, José!” cimbró el Teatro de la Ciudad.
Irremediablemente, Palomas hizo que las emociones tomaran asiento en primera fila. Con su alma trovadora, bohemia, el cantautor interpretó acompañado junto a la guitarra y las notas del piano "Gatos, perros y este asqueroso blues" seguido por "Déjame besar tus ojos", coreados de principio a fin por el público.
En plena bohemia, con su característica boina y los lentes de pasta sobre el entarimado, el cantautor dedicó para su amigo Rafael Catana, músico quien no pudo estar presente debido a problemas de salud, el tema "Cholo Story”. Mientras, a sus mujeres, al recuerdo, al (des)amor... "a Inés", cantó "Diez varos más", canción con la que abandonó por primera vez el escenario.
Ante la “cariñosa” rechifla del auditorio, quien pidió más del músico, Palomas regresó. A solas, sin su banda, acompañado únicamente por su guitarra, Armando dio un trago a su bebida y soltó "Pero no te tengo a ti”.
Las emociones aún divagaban entre acorde y acorde. Los invitados de la noche no pararon. “Éste es un músico que tocó mi corazón, que amortizó mi alma”, expresó Palomas para presentar a su tocayo, Armando López, cantante de cantinas que el intérprete de “Déjame besar tus ojos” dijo haber conocido en alguna de sus paseos por aquellos lugares.
El showman parrandero, simpático, el rey de los excesos enfundado en una camiseta con la máscara de El Santo, dijo estar conmovido. "Yo sigo chocando con las esquinas, con las cantinas... soy el tipo que siempre dijo que quería ser un huevón y un hijo de p…", bromeó, e inmediatamente dejó escapar “Yo con ganas (de beberme el suelo)”, haciéndose nuevamente uno con la gente.
Ya en la recta final, el anfitrión aún guardaba una sorpresa tras el telón. "Si no provoco el caos, no soy un artista", comentó antes de despedirse del público, que con su rechifla hizo que regresara, pero esta vez con un invitado especial, “El Mastuerzo”, baterista de Botellita de Jerez, para interpretar "El mutilado", cerrando uno de los mejores y más emotivos conciertos que se ha vivido recientemente en el “Esperanza Iris”.
Con el público ovacionándolo de pie y dejando escapar el alma a cada verso, culminó definitivamente el show de Palomas en medio de aplausos y rodeado de todos los artistas invitados sobre el escenario que fue testigo de la rebeldía de uno de los profetas del blues en México; el artista del caos que no se guardó nada, y que quizá, como él dijo, tras este show, la libre de la muerte una vez más.