Estudian la minería andina y su impacto en América durante
el siglo XIX
· El antropólogo social Tristan Platt, de la Universidad Saint Andrews, Escocia (Reino Unido),
ofrece ciclo de conferencias en el Museo Nacional de Antropología
· El contacto con especialistas de otras latitudes enriquece la investigación sobre los vínculos
históricos de México con otros territorios: Isabel Campos, coordinadora nacional de
Antropología
La importancia que tuvo el monopolio de la familia Rothschild en la actividad minera de las
culturas andinas durante el siglo XIX y su impacto en la economía de América, fue abordado por el
antropólogo social Tristan Platt, de la Universidad Saint Andrews, Escocia (Reino Unido), invitado
por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para dictar un ciclo de conferencias
que enriquezca la investigación sobre los vínculos históricos y antropológicos de México con otros
territorios.
Durante la ponencia Historias conectadas: el monopolio Rothschild sobre los azogues de
Almadén y los precios en América, 1830-1860, ofrecida en el Auditorio Fray Bernardino de
Sahagún del Museo Nacional de Antropología, el especialista expuso el estudio hecho, desde la
perspectiva etnográfica y político-económica, sobre el suministro del azogue (mercurio), que fue un
eje fundamental de la economía del siglo XIX en la región sur andina.
Tristan Platt detalló que los grandes centros mineros del sur del continente, como Potosí
(Bolivia), dedicados a comerciar con el azogue a fines del siglo XVIII, enfrentaban, entre otros
problemas, la indisciplina de los trabajadores y el alto precio del mercurio con el que se extraía la
plata.
“Había un monopolio por parte de la familia o Casa Rothschild —dinastía europea que
fundó instituciones financieras a finales del siglo XVIII, y se consolidó como uno de los linajes de banqueros más influyentes en el Viejo Mundo en el XIX— con la comercialización del mercurio
español de Almadén”.
Sobre este tema y su relación con México, el investigador británico dijo que desde 1990, las
investigadoras de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, Inés Herrera Canales y Alma
Parra, han abordado la importancia que tenía el monopolio Rothschild del azogue en la Nueva
España.
“No hay muchas similitudes entre la minería en la Nueva España y la de Bolivia. Por
ejemplo, toda vez que el papel de los indios en el sistema de trabajo minero era muy diferente. En
México no había mita, que era un método de trabajo utilizado en el imperio inca o tahuantinsuyo,
que obligaba a los varones de cada comunidad, entre los 18 y los 50 años, a trabajar por turnos
durante un determinado periodo a favor del Estado incaico, mientras que la potosina boliviana era
un enorme monstruo con 14 mil personas”.
En México se utilizaba la técnica de extracción conocida como cazo y cocimiento, sistema
que el eclesiástico y metalúrgico español, Álvaro Alonso Barba, inventó en 1609, y que consistía en
la extracción de la plata en pequeñas calderas, donde se trataba al mineral en vasos de cobre con sal,
pirita de cobre y mercurio, y se obtenía directamente el metal con ciertas impurezas de la cazuela.
El antropólogo e historiador expuso que, a partir de su acercamiento al acervo de esta
importante casa comercial y financiera, en 2005, descubrió que en el sur de América se conoce
poco la importancia del monopolio Rothschild.
Cuando en el siglo XVI se empezaba a organizar el transporte de mercurio desde
Huancavelica (Perú) a Potosí (Bolivia), llamado “el trajín”, los Rothschild ya eran pioneros en el
nuevo orden económico de finanzas y comercio que se consolidó después de las guerras
napoleónicas.
“Los Rothschild pensaban que a través del azogue podrían incluir a España en el nuevo
concierto de naciones. Nathan Mayer Rothschild prestó plata al gobierno español para que pagara
los intereses sobre los bonos que se habían emitido en el periodo conocido como Trienio Liberal de
1820-1823. A cambio, le fue cedido el monopolio de las ventas de toda la producción de la mina de
Almadén, en Castilla, desde 1835 hasta 1921”.
Tristan Platt saludó la iniciativa del INAH de abordar las investigaciones históricas que se
hacen en otras partes del mundo, “lo que ayuda a la circulación de ideas y de conocimiento, y
actualizaciones mutuas”.
Previo a su participación, Isabel Campos, coordinadora nacional de Antropología del INAH,
señaló que para la institución existe una larga tradición de voltear hacia el sur, hacia el área andina,
en la búsqueda de historias comparativas y de investigaciones paralelas.
“Entrar en contacto con especialistas de otras latitudes y con sus formas de investigación,
con la finalidad de buscar una conexión temática entre México y esos territorios, es el objetivo de
este ciclo de conferencias titulado Historia y Antropología en el Sur Andino”.
Isabel Campos dijo que la investigación del antropólogo social Tristan Platt, de la
Universidad Saint Andrews, Escocia, en minería y en culturas indígenas andinas se fundamenta en
un triángulo académico de tres disciplinas: la historia, la antropología y la lengua.
Las conferencias continuarán el jueves 21 de abril con el tema El Archivo de la
Recaudación: un proyecto campesino-indígena en Potosí, Bolivia, 1930-2000, a las 10:00 horas.
Tristan Platt es antropólogo social egresado del London School of Economics. Trabajó en la
Universidad de Tarapacá-Arica, y en el Museo Nacional de Etnografía y Folclore de La Paz.
Se incorporó a la Universidad de Saint Andrews en 1988, en el Departamento de
Antropología y dirigió el Instituto de Estudios Amerindios. Entre 1993 y 1998 trabajó sobre minería
y el beneficio de metales en el siglo XIX en Bolivia, mediante una beca de la Fundación
Guggenheim; ha trabajado como consultor y evaluador antropológico de varios proyectos de
desarrollo en Bolivia.