Función de clausura de Ambulante. Gira de Documentales 2016 en la Ciudad de México



· Organizada en colaboración con el Museo Tamayo y Proyecta, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris



El cineasta Sam Green y el grupo de rock Yo La Tengo ofrecieron un espectáculo memorable, pocas veces visto y escuchado: un documental con narración y música en vivo que osciló entre una conferencia –incluido el puntero láser para resaltar algún asunto de interés, manipulado por el propio realizador– y una función del tradicional benshi de principios del siglo XX, que consistía en la exhibición de películas silentes relatadas por actores japoneses.



La proyección de The Love Song of R. Buckminster Fuller de Green, narrado en vivo por el director estadunidense, fue la función de clausura de Ambulante. Gira de Documentales 2016 en la Ciudad de México, organizada en colaboración con el Museo Tamayo y Proyecta, la noche del viernes 15 de abril en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.



Elena Fortes, directora del festival cinematográfico, agradeció la participación de las tres instituciones para materializar este proyecto de clausura y presentó a los participantes: en el escenario, a un costado de la pantalla, Sam Green, y al otro, el célebre trío de rock de Hoboken, Nueva Jersey.



La música compuesta ex profeso para este proyecto por Yo La Tengo, e interpretada por el grupo en directo, le otorgó cadencia a la película y la proveyó del espíritu necesario para ilustrar la peculiar vida de Richard Buckminster Bucky Fuller, arquitecto e inventor estadunidense nacido en 1895 que no se dejó menguar por el destino que tuvieron sus proyectos y, en cambio, estuvo siempre dispuesto a compartir sus vastos conocimientos y experiencias.



Ira Kaplan en los teclados, Georgia Hubley en los teclados y las percusiones, y James McNew en la guitarra acústica sonorizaban lo que el público veía en la pantalla y escuchaba en la voz del cineasta: el domo geodésico, quizá la mayor aportación de Fuller al mundo del diseño y la arquitectura; un auto futurista cuya producción nunca se materializó debido a que un conductor chocó el prototipo, o las múltiples conferencias que Bucky impartió, ya en universidades, ya ante grupos de hippies.



Kaplan, Hubley y McNew, con una experiencia a cuestas de aproximadamente tres décadas, dotaban de energía los pasajes que lo requerían, o matizaban en los momentos que así lo demandaban.



Sam Green, por su parte, daba la información necesaria en las secuencias que parecían una sucesión de diapositivas y resaltaba los datos más importantes, como la ocasión en la que Fuller, en una conferencia, aseveró que existían las condiciones necesarias, naturales y económicas, para que la totalidad de la población mundial tuviera un alto nivel de vida, y que esto podría alcanzarse antes de 1985.



Bucky Fuller falleció en 1983 y, aunque no llegó a la fecha que vaticinó como límite para el bienestar general del mundo, hasta el momento el planeta no solo no ha alcanzado un nivel satisfactorio en calidad de vida, sino que parece que va en retroceso.



La experiencia del documental con narración y música en vivo, a pesar de su brevedad (alrededor de 50 minutos), fue agradecida por el público con una cálida y prolongada ovación de pie