Charla en torno a las contribuciones estéticas, políticas y sociales de Pablo O'Higgins





En el marco de la exposición El trazo firme de un espíritu en movimiento



El próximo martes 12 de abril a las 18:30 en el Museo Mural Diego Rivera





Como parte de las actividades paralelas a la exposición El trazo firme de un espíritu en movimiento, que se presenta en el Museo Mural Diego Rivera, el próximo martes 12 de abril a las 18:30, los investigadores de arte Alberto Híjar y Eduardo Espinosa realizarán la charla Las contribuciones estéticas, políticas y sociales de Pablo O'Higgins.



Entrevistado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, Eduardo Espinosa comentó que la importancia dibujística, pictórica, gráfica y muralística de O’Higgins en el panorama del arte en nuestro país es indudable, y agregó que incluso se le ha considerado como “el más importante litógrafo del siglo XX en México”.



Recordó que la formación del además pintor, de origen estadounidense, se dio primero al lado de Diego Rivera, como su ayudante en la elaboración de los murales en la Secretaría de Educación Pública y de la capilla de Chapingo.

En 1958, el artista hizo su propia aportación al muralismo mexicano, cuando en uno de sus murales “no utilizó mosaicos de vidrio veneciano o de piedras naturales, sino que hizo una propuesta que hasta la fecha se conserva, la cerámica opaca, que soporta los cambios de temperatura y los gases tóxicos. Es una técnica que nunca se ha vuelto a usar en todo el mundo, a pesar de su efectividad”, dijo Espinosa.



El investigador de la UNAM afirmó además que O’Higgins, uno de los fundadores del Taller de Gráfica Popular, realizó alrededor de 150 grabados, lo cual “no es cualquier cosa, el grabado es una disciplina que requiere de un oficio y un dominio del dibujo muy certero”.



Reconoció además la labor de María O’Higgins, viuda del artista fallecido en 1983, quien ha mantenido vivo un legado artístico que, indudablemente, está a la misma altura que el creado por José Clemente Orozco, Juan O’Gorman y Rufino Tamayo, entre otros.



Eduardo Espinosa señaló también que los artistas de principios del siglo pasado, al igual que Pablo O’Higgins, no solo estaban interesados en temas políticos y sociales, sino que también tenían sus propias preocupaciones técnicas. “Con esto puedo asegurar que no eran ningunos improvisados, eran individuos que contaban con una preparación académica formal y sólida, lo que les permitió hacer una serie de aportaciones al arte que aún sigue vigente”.



Por último expresó que a O’Higgins hay que valorarlo para que sea conocido por generaciones jóvenes que por diferentes razones no han tenido acceso a su obra y la de otros artistas.