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Museos 2016-04-10 19:43

Elena Poniatowska y Marek Keller recordaron a Juan Soriano en el MAM



Elena Poniatowska y Marek Keller recordaron a Juan Soriano en el MAM




Previo a la inauguración de la exposición Juan Soriano 1920-2006, este fin de semana en el recinto del INBA





“Juan Soriano supo vivir con sabiduría, esa que se ve en su pintura, forma de vida, tolerancia y trato con amigos y enemigos, sobre todo, en su entrega con los demás”.



Así recordó ayer Elena Poniatowska al pintor y escultor jalisciense durante la charla Ven a tomar café con… realizada en el Museo de Arte Moderno (MAM), previo a la inauguración de la muestra Juan Soriano 1920-2006.



Junto al coleccionista Marek Keller, la escritora, quien regaló al público una canción en francés, compartió varios momentos que vivió al lado del artista fallecido hace diez años.



En presencia de María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Sylvia Navarrete, directora del MAM, Poniatowska comentó: “Me da mucho gusto verlos aquí a todos ahora y recordar al lado de Marek a un extraordinario ser humano que era como un caballo con alas de petate”.



La autora del libro Juan Soriano, niño de mil años, una recopilación de entrevistas al tapatío entre 1953 y 1998, dio lectura además a un texto que escribió a la muerte de Soriano.



“¿Quieres recordar ahora como fuiste hasta el día que te llevaron al cuarto 407 del Instituto Nacional de Nutrición, quieres conocer a alguien leal a ti mismo? ve a la calle de Ámsterdam y toca en el número 70, toca con insistencia porque puedes tardar en abrirte a ti mismo, con un libro en la mano y movimientos extraordinariamente jóvenes. Te abrirá un hombre nuevo que dice palabras como papelitos de colores, seguramente te meterá a su lienzo, ten cuidado porque corres el riesgo de ahogarte entre el amarillo y el ocre, el azul que se cae de morado como decía Carlos Pellicer.



“Mientras que el otro Juan te sonreirá con sus grandes dientes de caballo, extenderá sus alas de papel de china y escapará por la ventana hasta llegar a la avenida Insurgentes, entonces escucharás gritos que salen de muchas bocas, de hombres y mujeres que también salen al balcón y abren su ventana en la colonia Condesa. ¡Viva Juan Soriano!, ¡Viva su muerte chiquita de papel china! ¡Viva su vida eterna!”, leyó Poniatowska.



Por su parte, Marek Keller recordó que después de la muerte de Soriano se realizó una exposición con su obra en Xalapa, en la que entre cuadros y fotografías estaba el texto escrito por Elena. “Fue una sorpresa para ambos, ella empezó a leer y vi las lágrimas en su cara. Al igual que a mí, de vez en cuando las lágrimas nos acompañan”.



Y expresó: “Juan sigue siendo parte de mi vida, no está físicamente pero yo creo que está cuando tengo problemas que no puedo resolver, cuando busco respuestas habló con él. Todas estas personas están aquí por Juan, entonces sí, Juan está aquí, en sus pinturas y esculturas”.



Quien fuera compañero de vida del artista platicó que Soriano cambiaba constantemente de opinión. “Juan solía decir: hoy ya soy otro, es otro día, estoy en otro lugar, soy otra persona y mis ideas también cambian.



“Lo mismo pasaba con sus cuadros, cuando ya estaban terminados no se decidía a firmarlos, trabajaba hasta medianoche y por la mañana ya había borrado la mitad, porque ya era otro”.



Keller mencionó que Octavio Paz, Juan de la Cabada, Olga y Rufino Tamayo, Carlos Mérida, Juan Rulfo, Dolores del Río y Cordelia Urueta son algunos de los personajes que Soriano admiraba porque “hacían algo por México”.



Por último, el coleccionista y promotor cultural indicó que se proyecta abrir un museo de la obra de Soriano en Cuernavaca, Morelos, y dijo: “A Juan no le gustaba la idea, decía que no le parecía que un artista en vida tuviera un museo, pero que si al morir la gente todavía se acordaba de él y consideraban que sus cuadros valían la pena, entonces que hicieran lo que quisieran”.

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