Proyecto apoyado por el PECDA
Escribe becario 40 poemas en mè´phàà para valorar las lenguas originarias en Guerrero
· La poesía es una forma de reivindicación de la memoria, de mi cultura, de mi lengua y de mis hermanos: Hubert Martínez
Con la intención de crear experiencias estéticas que ofrezcan un punto de partida para conocer una lengua cuya poética no se ha trabajado oficialmente en el ámbito de la escritura, el filósofo Hubert Martínez Calleja desarrolla el poemario Mè´phàà (Cordel torcido).
“El poemario en lengua mè´phàà estará compuesto por 40 poemas. Mañuwiín es un lugar simbólico desde donde tejeré la palabra y desde el cual partirán mis escritos, cuya forma será la de los cordeles, metafóricamente hablando. La temática girará en torno a los términos “pueblo”, “mujer” y “palabra”, que resumen toda una gama de características simbólicas del pensamiento y de la vida cotidiana de los mè´phàà”, explicó Hubert Martínez Calleja.
El título del libro alude a dos acepciones de la palabra mañuwiín. La primera hace referencia a una de las variantes lingüísticas del mè´phàà y, la segunda, a uno de los nombres en mè´phàà del pueblo conocido como Malinaltepec, donde el autor pasó parte de su infancia.
El egresado de la carrera de Filosofía en la Universidad Autónoma de Guerrero y de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) consideró que a partir de la colonización la escritura de la poesía en la lengua castellana ha sido hegemónica en nuestro país, de ahí que las lenguas indígenas u originarias han recibido en menor medida las posibilidades de seguir fortaleciéndose en la lecto–escritura.
Por ello manifestó que ser becario del PECDA le permite dar a conocer y promover la poesía en las lenguas indígenas, en especial en mè´phàà, así como promover la escritura y la revitalización de esta lengua.
“Escribir me ha permitido reflexionar sobre ser mè´phàà, de producir poemas en mi lengua, que hablan de las formas de interpretar el mundo desde donde estamos”.
Hubert Martínez reconoció que escribir un poema en mèꞌphàà y español ha representado un reto, pues son lenguas que nombran el mundo de maneras distintas y cada palabra tiene una carga simbólica diferente.
“Lo mismo sucede con los poemas, se tienen que buscar las palabras que se asemejen en su significado en ambas lenguas, pero que a la vez no suenen comunes, como clichés. En ocasiones no se pueden encontrar las palabras precisas para ambas lenguas, entonces se determina para qué lengua se está escribiendo y se sigue con la forma simbólica de sólo una”.
Destacó que lo que más disfruta de escribir un género como la poesía es la forma en la que el texto mismo cuenta su propia historia, sus propios caminos, olores, sabores, emociones y aspectos de la vida cotidiana de su pueblo.
“Me agrada sentir que la poesía es una forma de reivindicación de la memoria, de mi cultura, de mi lengua y de mis hermanos mè´phàà, es también otra forma de abordar diferentes temas que conciernen a mi pueblo y así compartir la palabra para que otros la vivan desde donde se encuentren”.
De acuerdo con el autor de Mè´phàà (Cordel torcido), quien se encuentra en la etapa de tallereo en la segunda entrega de poemas, la conclusión del proyecto está prevista para septiembre de este año.
Agregó que la retribución social está pensada en función de motivar la escritura a través de las lenguas originarias, promover el interés y gusto por la literatura y poesía indígena y propiciar la revaloración de la lengua Mè´phàà, así como de otras lenguas originarias de Guerrero.
CGP