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Musica 2016-04-01 19:37

La Companía Nacional de Danza escenificara Coppelia


La Compañía Nacional de Danza escenificará Coppélia

o Ballet que cuenta con la presentación de diversos dúos de bailarines de

la agrupación del INBA

o Las funciones se llevarán a cabo el sábado 16 de abril a las 19:00 y los

domingos 17 y 24 a las 17:00 en el Palacio de Bellas Artes

La Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)

presentará Coppélia, un ballet de repertorio tradicional completamente clásico que

contará con diversos elencos en los roles principales. Las funciones se llevarán a

cabo el sábado 16 de abril a las 19:00 y los domingos 17 y 24 a las 17:00 en la Sala

Principal del Palacio de Bellas Artes.

Las parejas de bailarines Mayuko Nihei y Argenis Montalvo, Agustina Galizzi y

Erick Rodríguez, y Ana Elisa Mena y Roberto Rodríguez serán los encargados en

esta ocasión de dar vida a Swanilda y Franz, personajes primarios en la coreografía

de Enrique Martínez, a partir de la versión de Marius Petipa, que ofrecerá la

agrupación mexicana, con la música de Léo Delibes. El diseño de escenografía y de

vestuario es de Eugenio Servín, y el de iluminación, de Víctor Flores.

En entrevista, Tihui Gutiérrez, maestra de la Compañía, explicó que en los ballets

de repertorio y clásicos reside en los intérpretes la responsabilidad de inyectarles

sangre nueva a los roles y reinventarlos. “Por eso es tan importante que los

bailarines tomen a cada personaje como si fuera fresco y nuevo, para darle al

público esa verosimilitud en cada una de las funciones”.

Destacó que cada bailarina participante cuenta con diferente temperamento para

interpretar su papel, mientras que Argenis Montalvo es un bailarín joven que

participó por primera vez en este ballet el año pasado, Erick Rodríguez es un

ejecutante maduro y consolidado, y Roberto Rodríguez tiene una impetuosidad

particular. “Cada uno de ellos le imprime un toque muy propio a su personaje, por

lo que se perciben estos arquetipos de manera ligeramente distinta”.

Asimismo, consideró que un ballet clásico logra mantenerse vigente con la

participación de nuevos bailarines. “Laura Morelos, Sylvie Reynaud y yo fuimos

quienes justamente bailamos en 1989 la versión de Enrique Martínez, y ahora se ha

montado con las nuevas generaciones de bailarines. Así es como funciona el ballet:

al transmitir el acervo de una generación a otra”.

La primera versión de Coppélia, con coreografía de Arthur Saint-Léon, libreto de

Charles-Louis-Étienne Nuitter y música de Delibes, fue producida por la Ópera de

Paris y estrenada el 25 de mayo de 1870, durante la última fase del Segundo

Imperio Francés, ante una audiencia que incluyó a Napoleón III y a su esposa, la

emperatriz Eugenia.

En nuestro país se ha presentado en diversas ocasiones. En 1947 el Ballet de la

Ciudad de México realizó algunas escenas con coreografía de Nellie Campobello,

Enrique Velezzi y Gloria Campobello. En 1951, el Ballet de Nelsy Dambré la

presentó con coreografía de la propia Dambré, a partir de la versión de Louis

Mérante.

El Ballet Concierto de México la escenificó con coreografía de Felipe Segura en

1957. Esa misma versión fue presentada en 1971 a cargo del Ballet Clásico de

México que, posteriormente ya como Compañía Nacional de Danza, contó con la

adaptación de Alicia Alonso, a partir de la versión de Leon Fokine, en 1975. En

1989, la Compañía Nacional de Danza estrenó la transposición que Enrique

Martínez hizo para el American Ballet Theatre en 1968.

“Para nosotros, lo más difícil de Coppélia es ser fiel a la versión de Enrique

Martínez, considerando que la estrenamos en 1989. Sin embargo, cada intérprete le

da su toque personal. La coreografía, los pasos, la musicalidad, los ademanes y las

mímicas deben ser como el coreógrafo lo dejó, y nosotros somos muy cuidadosos y

respetuosos en eso, porque de otra manera los coreógrafos no nos soltarían sus

versiones”.

Señaló que se trata de un ballet que tiene partes cómicas y trágicas, además de ser

muy ligero y de resaltar por la introducción de las danzas de carácter, como las

mazurcas y las czardas. “Es muy alegre y chistoso, y la parte histriónica es muy

importante porque se cuenta una historia muy específica. Hay mucha mímica y el

vestuario es sumamente colorido y hermoso”.

Coppélia es también una obra con grandes retos y dificultades técnicas para los

bailarines. “Normalmente en los ballets clásicos el despliegue técnico va en

aumento, pero en este caso se abre el telón y Swanilda tiene una variación muy

fuerte, además de que en el segundo acto baila todo el tiempo. Es un reto técnico y

de resistencia importante, en el que además se debe contar la historia”.

Puntualizó que es un espectáculo para todo tipo de público y para que los infantes se

introduzcan a esta disciplina artística. “Coppélia y La niña malcriada son ideales

para un público joven porque hay mucha travesura, las historias son muy claras y

suceden muchas cosas. Además, no hay un escenario más bello para ver esta puesta

en escena que el Palacio de Bellas Artes”.

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