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Noticias 2016-03-29 21:10

Jefe de Gobierno reconoce al historiador Miguel Leon-Portilla como Ciudadano Distinguido de la Ciudad de Mexico

l Jefe de Gobierno reconoce al historiador Miguel León-Portilla como Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México



Miguel Ángel Mancera entregó este miércoles el pergamino y la medalla que acreditan como Ciudadano Distinguido al también filósofo, por su amplia trayectoria y reconocida contribución a la cultura universal

En el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento se le reconoció al autor de la obra Visión de los vencidos su labor por comunicar el bagaje cultural de los pueblos y poner en el centro de su estudio la cultura indígena

“La historia no es un lujo, es lo que nos sitúa en la vida, y México tiene una larga historia, a veces dramática, a veces trágica, pero siempre interesantísima y en grandes momentos maravillosa”, expresó Miguel León-Portilla



El Jefe de Gobierno, Doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, entregó la tarde de este miércoles el Reconocimiento de Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México al connotado historiador y filósofo Doctor Miguel León-Portilla, por su amplia trayectoria y reconocida contribución a la cultura universal, quien ha sido un referente indispensable en el estudio de la cultura indígena de México.



En el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Miguel León-Portilla, investigador emérito de la UNAM, describió la ceremonia de distinción como un día inolvidable. “Yo creo que de todos los que están aquí soy el que tiene más juventud acumulada”, expresó el también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, de 90 años de edad, tras recibir de manos del Jefe de Gobierno el pergamino y la medalla que lo confirman como ciudadano distinguido de la capital.



Miguel León-Portilla ha podido, con sus obras, poner en alto el nombre de México y transmitir más allá de nuestras fronteras todo lo que representa la filosofía de nuestros antepasados, destacó Mancera Espinosa sobre el estudioso comprometido con la herencia lingüística de nuestros antepasados y con más de 17 doctorados Honoris causa en universidades de México y del mundo.



A la ceremonia también asistieron el Secretario de Cultura, Eduardo Vázquez Martín, el Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edgar Elías Azar, y otros integrantes del gabinete ampliado. También estuvo presente Jaime Labastida, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, la cronista Ángeles González Gamio y la editora Mónica del Villar Kretchmar, además de la familia del historiador.



Al hablar sobre la amplia trayectoria del autor de La visión de los vencidos, el Jefe de Gobierno recordó que la obra de León-Portilla, miembro de una ilustre generación de pensadores mexicanos, es clave para comprender el pasado de la Ciudad de México, definir el presente y marcar las líneas del futuro. Y le refrendó: “Seguiremos aprendiendo de su obra y seguirán las nuevas generaciones aprendiendo de todo lo que usted transmite”.



De igual forma, el Mandatario capitalino celebró poder reconocer a un humanista apasionado por comunicar el bagaje cultural de los pueblos y tradiciones, que ha puesto en el centro a los indígenas y ha puesto en el centro una atención que hoy la Ciudad de México tiene que cuidar como algo preciado.



“Como el tesoro que son sus nietos, como ese tesoro debemos cuidar a nuestros pueblos, a nuestros barrios originarios”, agregó el Jefe de Gobierno al aludir al cuidado que tendrán las comunidades indígenas en la creación de la primera Constitución de la Ciudad de México.



Conversador entusiasta, el pensador mexicano aprovechó la ocasión para recordar algunos pasajes de la historia de la Ciudad de México: Desde el origen mexica en el siglo XIV lleno de relatos legendarios y profecías de una ciudad que junto con Jerusalén y Roma “son ciudades que nacieron y crecieron en el pensamiento de sus dioses”; pasando por el encuentro de dos mundos en la conquista, la construcción de lugares icónicos, la cultura y el arte de la “ciudad, cuna de poetas como Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz y Gutiérrez Nájera”; hasta el gran desarrollo que ha experimentado en las últimas décadas, las tragedias, las necesidades y la gran capacidad para seguir funcionando a pesar de sus problemas.



Su amor por la Ciudad de México, expresó León-Portilla a su “casi tocayo” Miguel Ángel Mancera Espinosa, es ofrecer un poquito de alegría, pues se reconoce como habitante de la misma. A su vez, aseguró que gente como el escritor Vicente Quirarte “podrían hacer que la poesía y la historia se implante, se vacíe en la ciudad”, pero también advirtió sobre la necesidad de más indicadores históricos para el disfrute de los habitantes: “La historia no es un lujo, es lo que nos sitúa en la vida, y México tiene una larga historia, a veces dramática, a veces trágica, pero siempre interesantísima y en grandes momentos maravillosa”.



Acompañado por su esposa Ascensión Hernández de León-Portilla, sus nietos y demás familiares, el experto en la cultura náhuatl se despidió del presídium declarando (en náhuatl y español) que “el destino de la Ciudad de México, en tanto que dure el mundo, llevará la gloria y la fama del México Tenochtitlan”.



Miguel León-Portilla nació en la Ciudad de México el 22 de febrero de 1926. Entre sus obras destacan Visión de los vencidos (1959); Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961); Trece poetas del mundo azteca (1967); Historia natural y crónica de la antigua California (1973); El toltecallotl, aspectos de la cultura náhuatl (1980); Bernardino de Sahagún (1987), y La tinta negra y roja. Antología de poesía náhuatl (2008).



Actualmente es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, labor que ha realizado desde el 27 de julio de 1962. También dirige la revista Historia de Cultura Náhuatl y es investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, miembro de la Academia Mexicana de Historia y de El Colegio Nacional.



Entre las diversas distinciones que ha recibido destacan el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía 1981; la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República 1995; el Premio Internacional Menéndez Pelayo 2001, el Reconocimiento al Mérito Universitario 2007, el premio Leyenda Viva 2013 y la Medalla Bernardino de Sahagún 2014. En febrero de 2016, la UNAM le realizó un homenaje por su 90 aniversario en el Centro Cultural Universitario.

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