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Museos 2016-03-26 18:32

David Munoz y su legado en el Museo Nacional de Arquitectura



David Muñoz y su legado en el Museo Nacional de Arquitectura



o La exposición está formada por planos, maquetas, fotografías y diversos objetos que refieren a su trayectoria



o Es uno de los arquitectos representativos del siglo XX. Sus obras van desde un motel en San Miguel de Allende, hasta conjuntos universitarios y estaciones del Metro, por mencionar algunas



o Permanecerá abierta en ese recinto del INBA hasta el 12 de junio





David Muñoz Suárez es considerado uno de los creadores mexicanos más importantes del siglo XX, debido a su gran aportación a la arquitectura contemporánea de nuestro país y a su calidad profesional y humana que siempre lo distinguió.



Sin duda, el rigor es el sello característico de su quehacer arquitectónico. Tanto sus propuestas técnicas como sus resultados se basaron en un diseño muy cuidadoso. Es autor de construcciones emblemáticas como el Palacio Legislativo de San Lázaro y la actual Torre Prisma, en colaboración con Ramón Torres, Sergio Santa Cruz y Salvador Aceves.



La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, recuerdan la obra de este artista con la exposición La arquitectura de David Muñoz y su legado, abierta en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes, hasta el 12 de junio.



La muestra está formada por una serie de planos, maquetas, fotografías, dibujos y diversos objetos que dan cuenta del legado de Muñoz Suárez, nacido en San Miguel de Allende, Guanajuato, en 1924.



El arquitecto Mauricio Muñoz Anchondo, hijo del homenajeado y curador de la exhibición, asegura que a su padre lo caracterizó “la precisión y la meticulosidad, tanto en el conjunto como en los detalles. Algunas de sus creaciones son paradigmas de la aplicación de las concepciones plásticas y artísticas que enfatizan los valores culturales regionales”.



David Muñoz, dice, tenía “un profundo conocimiento de la tecnología moderna y un gran talento para proponer soluciones particulares, patentes en sus proyectos. Sus obras van desde un motel en San Miguel de Allende, hasta conjuntos universitarios y estaciones del Metro”.



Subraya que un capítulo importante en su producción arquitectónica es el que desarrolló, entre 1979 y 1982, en colaboración con Pedro Ramírez Vázquez y Jorge Campuzano, el cual consistió en un ejercicio particularmente novedoso: el diseño de los edificios de gobierno para Dodoma, la entonces nueva capital de Tanzania.



Otro aspecto fundamental en su vida fue la docencia, pues durante 25 años fue profesor de proyectos en la Escuela Nacional de Arquitectura –actual Facultad– de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde formó e influyó en numerosas generaciones de arquitectos que hoy son autores del paisaje mexicano.



El curador de la muestra resalta la historia poco habitual de su padre: “Ante la incertidumbre abrumadora que el futuro le puede deparar a un joven arquitecto, David Muñoz Suárez surgió del anonimato como una fuente de inspiración y esperanza”.



Su devenir profesional conllevó “una historia de trabajo y entrega”, pues si bien es un hecho que comenzó desde abajo, como peón de albañil –al lado de su padre, que era maestro de obra–, también es un mérito que haya llegado “a la cúspide como arquitecto” al ganar el premio y la medalla de oro de la Tercera Bienal Mundial de Arquitectura.



“David Muñoz Suárez era una persona humilde, de tal manera que nunca se consideró arquitecto, pero siempre insistió en serlo, ya que contaba con el talento nato de un gran artista y la sencillez de un aprendiz incansable, ávido de conocimientos y retos.



“Creó obras que permanecen y dan a la vida del ser humano un sentido más agradable. Esto es una clara muestra de valentía, tenacidad, estudio, preparación y, sobre todo, pasión por la arquitectura, que fue su mayor fortaleza, pues siempre lo llevó a enfrentar retos con un solo objetivo: la trascendencia”.



La forma, la masividad, la textura y el claroscuro marcan su estilo, pero en particular la sencillez, lo funcional y la proporción. Los proyectos que desarrolló en su despacho durante más de cinco décadas de trabajo y las soluciones que propuso le dieron una impronta característica a su obra, que permanece en sus hijos.



Mauricio Muñoz refiere que su padre, quien falleció en 2000, era un gran admirador de las culturas indígenas de México; las respetaba profundamente por el uso de la simetría, la proporción y la forma de sus construcciones envueltas en una cosmovisión de equilibrio entre el hombre y su entorno, conocimiento del que se apropió debido a sus orígenes rurales en el estado de Guanajuato: “Su obra es una invitación a la reflexión sobre la idea del progreso y la modernidad”.



Otras de la obras más significativas del arquitecto David Muñoz Suárez son: el Centro de Prensa de las Olimpiadas de 1968, el edificio de Gobierno de la República Unida de Tanzania (en África Central) y las rectorías de las unidades Azcapotzalco y Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, y de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas del Instituto Politécnico Nacional.

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