La confesión de Isobel Gowdie de James MacMillan será estrenada en México por la Orquesta Sinfónica Nacional




o Bajo la batuta de James Burton y con la participación del ensamble vocal que dirige: la Schola Cantorum de Oxford



o En el marco del Festival del Centro Histórico



o El viernes 18 de marzo a las 20:00 y el domingo 20 a las 12:15 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes




Comparable a El pájaro de fuego de Igor Stravinski y al Concierto para orquesta de Béla Bartók, La confesión de Isobel Gowdie de James MacMillan será interpretada por primera vez en México por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la dirección del británico James Burton.



En el marco del Festival del Centro Histórico, la obra estrenada, con gran éxito, hace más de cinco lustros en Inglaterra, podrá ser apreciada el viernes 18 de marzo a las 20:00 y el domingo 20 a las 12:15 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.



El famoso director coral y de orquesta señaló en conferencia de prensa que cada sección de la obra de MacMillan (también británico) será puesta a prueba y mostrada con orgullo por los cantantes del ensamble vocal que encabeza, la Schola Cantorum de Oxford; los solistas que participarán en el concierto, y los integrantes de la OSN.



Se congratuló de poder trabajar “con solistas mexicanos jóvenes muy talentosos” –la soprano Anabel de la Mora, la mezzosoprano Gabriela Flores, el tenor Juan Enrique Guzmán y el barítono Carlos López, los dos últimos beneficiarios del Estudio de Ópera de Bellas Artes– y celebró que participen junto con la Schola Cantorum de Oxford, que también por primera vez se presentará en nuestro país.



El programa también incluirá Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz de Franz Joseph Haydn.



“Tenemos la posibilidad de que la Schola Cantorum de Oxford colabore por primera vez con la OSN para producir la versión coral con orquesta de Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, cuya interpretación en vivo es relativamente escasa”.



Dicha versión de la obra de Haydn es “bellísima, intensa y reflexiva, por tal motivo es una maravilla que pueda ser interpretada en el marco de la Semana Santa”.



Afirmó que la pieza de MacMillan crea una pareja perfecta con la de Haydn. “MacMillan y Haydn hacen una buena combinación en un repertorio religioso. Ambas obras son distintas en estilo: la primera habla sobre la intolerancia y la persecución, y la segunda es abiertamente religiosa”.



Recordó que Isobel Gowdie existió en la vida real. “Fue acusada de brujería y quemada en la hoguera, luego de una confesión por tortura. En muchos sentidos recuerda a las miles de personas asesinadas en las mismas circunstancias, como el caso de Giordano Bruno.



“En consecuencia, la música de James MacMillan es muy vasta. Incluso la compuso con un sentido de dignidad. MacMillan no solo describió la muerte de la protagonista, sino que también realizó un sincero réquiem por su alma”.



Cuando La confesión de Isobel Gowdie fue estrenada en los BBC Proms, fue ovacionada, rememoró Burton.



Frecuentemente las obras de MacMillan representan un reto para los músicos que las interpretan, porque los guía y, en cierta forma, obliga a lograr algo nuevo.



“Su música es ampliamente admirada y querida por la comunidad musical en las islas británicas. Lo que me atrae de la obra de James MacMillan es que juega con texturas y capas múltiples de estilos musicales, pero escribe de manera melódica, por lo que la mayoría de su obra está escrita para voz y coro”, concluyó James Burton.