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Noticias 2016-03-15 20:19

Elias Barreiro, el hombre detras de la guitarra de Antonio Rodriguez



Elías Barreiro, el hombre detrás de la guitarra de Antonio Rodríguez será presentado en el Conservatorio Nacional de Música


o El viernes 18 de marzo al mediodía en la Sala 4 de la institución académica


Uno de los precursores de la guitarra clásica en Estados Unidos es Elías Barreiro, afirmó Antonio Rodríguez, docente del Conservatorio Nacional de Música, quien escribió el libro Elías Barreiro, el hombre detrás de la guitarra, mismo que presentará el viernes 18 de marzo a las 12:00 en la Sala 4 de la institución académica.



“Elías Barreiro es un eslabón perdido de la Escuela Cubana de Guitarra”, señaló el también cubano Antonio Rodríguez. “En los años sesenta emigró a Estados Unidos. Sin embargo, dejó en la isla todas sus partituras”.



Comentó que cuando él era estudiante de guitarra en Cuba, muchas partituras tenían el nombre de Barreiro, por lo que hace dos años decidió seguirle la huella. Después de varios telefonemas, Barreiro lo invitó a visitarlo a su casa de Nueva Orleans, donde trabajaron durante una semana. Esta labor dio como resultado el volumen editado por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.



“En sus años mozos, Barreiro escuchó El fandanguillo interpretado por Andrés Segovia y Sueño trémolo de Francisco Tárrega, por lo que decidió dedicarse al arte de tocar la guitarra. En la isla desarrolló una importante carrera. Sin embargo, a raíz de la Revolución Cubana, tuvo que emigrar hacia Estados Unidos”.



Antonio Rodríguez rememoró que en los años sesenta, cuando Barreiro llegó a Estados Unidos, había ocho escuelas estatales y privadas donde se impartía la licenciatura en guitarra, siete de ellas fundadas por maestros cubanos y una por el mexicano Jesús Silva, por lo que la enseñanza de la guitarra clásica en aquel país tiene una deuda con la guitarra latinoamericana, agregó.



A raíz de las largas charlas entre Antonio Rodríguez y Elías Barreiro surgieron anécdotas, historias y una gran cantidad de fotografías, todo ello contenido en el libro, el cual, a decir de Rodríguez, se encuentra salpicado del criollismo natural de Barreiro, ya que no ha perdido su esencia cubana.



La edición, dijo Rodríguez, termina con una moraleja: “El arte es unión, derribar muros, abrir puertas, hacer puentes hacia el corazón de los hombres”, y refirió que la ilusión de Barreiro es organizar una reunión en Cuba con los guitarristas que se fueron y los que se quedaron.



Además de mostrar la historia de un hombre para el que no hubo impedimentos; de un luchador, quien de no tener dinero para comprar una guitarra en su natal Cuba –por lo que se paraba en las vidrieras de las tiendas a admirarlas–, llegó a convertirse en uno de los maestros precursores de la guitarra clásica en Estados Unidos.



Elías Barreiro nació en Camagüey en 1930. Comenzó sus estudios de guitarra de manera autodidacta, sin conocer siquiera la notación musical. Años después estudió en el Conservatorio de Música de La Habana y completó estudios de posgrado con el maestro Andrés Segovia en Santiago de Compostela, España.



Ha realizado adaptaciones y arreglos de obras clásicas incluidas en más de 40 libros de música para guitarra y es poseedor de una impresionante discografía.



Desde 1967 ha sido jefe del programa de guitarra de la Universidad Tulane de Nueva Orleans. Un número considerable de sus alumnos son concertistas y otros ocupan cargos docentes en academias norteamericanas.



La ciudad de Nueva Orleans emitió una proclamación para la creación del Premio Profesor Barreiro, por su destacada contribución a la comunidad y al magisterio.



Por su parte, el maestro y escritor Antonio Alberto Rodríguez Delgado estudió en la Escuela Nacional de Arte de Cuba. Es considerado uno de los maestros más importantes de la Escuela Cubana de Guitarra. Ha desarrollado un sistema de enseñanza del instrumento que ha sido el resultado de 40 años de investigación y práctica docente, concebido como una experiencia física, intelectual y espiritual.





Fue jefe de la cátedra de guitarra de la Escuela Nacional de Arte de Cuba durante 12 años. Desde 2002 reside en México, donde es profesor del Conservatorio Nacional de Música. En 2012 le fue otorgado el Premio de Honor Cubadisco por su contribución al arte y la cultura.



Su primer libro publicado en México fue El gran desafío de la escena y de la vida, en 2010.

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