Acondicionamiento físico para músicos, curso que se imparte
en el Conservatorio Nacional de Música
o Su objetivo es fortalecer y mejorar su rendimiento profesional a través de estiramientos y ejercicios especiales
o “Ayuda a la concentración, la psicomotricidad, la flexibilidad, a tener un mayor conocimiento del cuerpo y nos da la sensibilidad de ritmo y equilibrio”: Juan Manuel Garduño
o Es impartido por el concertista y atleta José Alfredo Jiménez González, todos los martes de 12:00 a 14:00
Con el mismo esmero con el que se afina un violín, se encera el arco de un chelo o se limpia un clarinete, los músicos deben preparar su cuerpo para la correcta ejecución de su instrumento.
Aunado al estudio y práctica constantes, la perfección musical puede alcanzarse a través del acondicionamiento físico. Mejorar la capacidad pulmonar de un trompetista, desarrollar resistencia para la manipulación de un contrabajo o una tuba, así como corregir posturas al tocar el piano son algunos de sus beneficios.
Bajo esta premisa, el Conservatorio Nacional de Música (CNM) del Instituto Nacional de Bellas Artes imparte el curso Acondicionamiento físico para músicos, dirigido a los alumnos y maestros de este centro educativo con 150 años de existencia.
“Estoy tratando de hacer que todos los músicos hagan movimientos naturales y orgánicos, con la finalidad de que no se lesionen o padezcan malestares musculares. El curso hará fortalecer y mejorar su rendimiento tanto en la música como en la vida cotidiana.
“Básicamente consiste en la realización de estiramientos especiales y ejercicios de fuerza que no demandan un exceso físico pero si un control en los movimientos para que se efectúen adecuadamente. Además empleamos una técnica similar al yoga para trabajar lo referente a la respiración”, explicó el guitarrista José Alfredo Jiménez González, quien imparte la actividad.
El también concertista y deportista de alto rendimiento señaló que, al practicar sus respectivos instrumentos, la mayor parte del cuerpo de los músicos permanece en reposo. “Lo que ellos desconocen es que su cuerpo les demanda mucha fuerza, esto genera tensiones que nunca llegan a ser relajadas o acomodadas totalmente. Ahí es cuando entra en acción el curso.
“Los violinistas, por ejemplo, se cansan del hombro, el cuello y los antebrazos, por ello tienen que contar con asesores que les enseñen cómo relajar esas zonas. En ese sentido, el esfuerzo físico realizado por un músico es parecido al de un atleta, incluso pueden sufrir lesiones similares, como la tendinitis”, comentó.
Jiménez González, quien imparte el curso Acondicionamiento físico para músicos todos los martes de 12:00 a 14:00, indicó que este tipo de actividades se realizan desde hace poco tiempo en otros centros de educación superior de música en México, y recalcó la necesidad de que estas prácticas se matriculen.
Según Juan Manuel Garduño, coordinador de la licenciatura en Enseñanza Musical del CNM, el ejercicio que se imparte en el curso es un medio no un fin.
“No pretendemos formar atletas, sino acondicionar físicamente a los músicos del CNM para que cuenten con mayor flexibilidad en las partes anatómicas que más se requieren para ejecutar un instrumento en particular.
“Algunos alumnos que asisten a la actividad están preocupados por su respiración, sobre todo los cantantes y otros reconocen que al momento de estudiar su instrumento resienten cierto agotamiento en la zona lumbar. Todos ellos quieren mejorar su rendimiento físico y obtener una vida musical más óptima.
“Por todo lo anterior, el ejercicio también debe ser una disciplina en la música, pues ayuda a la concentración, la psicomotricidad, la flexibilidad, a tener un mayor conocimiento del cuerpo y nos da la sensibilidad de ritmo y equilibrio”, concluyó.