Recibió Alejandro Luna la Medalla Bellas Artes
Ø De manos de la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda
Ø Agradeció la funcionaria la generosidad y maestría aportadas por el artista
Ø El teatro, arte colectivo, dijo el escenógrafo; “Mi padre, mi inspiración”: Diego Luna
La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, hizo entrega de la Medalla Bellas Artes al arquitecto y escenógrafo mexicano Alejandro Luna, este miércoles 13 de enero en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
En la sesión, donde se proyectó en video una semblanza del artista galardonado y se realizó una mesa en la que colegas dieron cuenta de su vida y trayectoria dentro del arte escénico, la directora general del INBA entregó al arquitecto la máxima presea que las instituciones mexicanas otorgan a aquellos que han realizado destacadas aportaciones al arte y cultura nacionales.
La obra de Alejandro Luna –dijo la funcionaria—“es un arte vivo y abierto a jugar con todos los elementos que hacen vibrar un escenario. Su trabajo es un sello imborrable en la historia del teatro de México”.
Lo calificó como “creador escénico de gran generosidad, pasión y rigor extraordinarios”, cuyas “aportaciones al teatro contemporáneo, su maestría en el manejo de la luz y el espacio, la complicidad artística lograda con los directores con los que ha trabajado y los múltiples escenógrafos e iluminadores que han abrevado de sus enseñanzas, hablan de un artista insustituible”.
Al recibir la presea, el arquitecto, escenógrafo e iluminador reconoció que el teatro es un arte colectivo, por lo que compartió la Medalla Bellas Artes con todos los directores con los que ha trabajado a lo largo del tiempo, “con todos los actores con los que he disfrutado la creación de personajes, con las varias generaciones de técnicos que son quienes ponen la luz, pintan, construyen y hacen utilería, sin lo cual no habría teatro. En nombre de ellos, recibo esta medalla”.
Durante el acto, que tuvo una duración de más de una hora en un recinto totalmente abarrotado, Alejandro Luna estuvo acompañado por sus hijos María y Diego Luna, así como de sus nietos, amigos, la comunidad artística y público en general que le prodigó prolongados aplausos y festejó su sentido del humor.
García Cepeda recordó que “grandes directores nacionales e internacionales han invitado a Luna Ledesma a colaborar en múltiples proyectos artísticos: Gracias a su talento y creatividad, sus escenografías han contribuido a enriquecer los discursos teatrales de diversas generaciones”, con lo cual –aseveró-- ha ampliado y modernizado las posibilidades del teatro mexicano.
García Cepeda expresó que “la experiencia teatral es el milagro de la comunicación entre el creador y el espectador que despierta emociones únicas. El teatro nos brinda la oportunidad de ver reflejado el mundo, de observarnos y reconocernos en él. Es en esta disciplina donde Alejandro Luna ha encontrado su vocación de hacedor sorprendente para hacernos vivir y grabar en nuestra memoria la experiencia teatral”.
Recordó que el dramaturgo Hugo Hiriart ha dicho que Alejandro Luna “es un monstruo, un prodigio inexplicable en el teatro” y que Ludwig Margules dijo alguna vez que “colaborar (con Alejandro Luna) significaba la posibilidad de crecer artísticamente, es la posibilidad de estar en presencia de la genialidad”.
Por ello, agregó, “la medalla que hoy tenemos el honor de entregarte, representa el reconocimiento de las instituciones y de la comunidad artística a tu brillante trayectoria. En el Instituto Nacional de Bellas Artes nos sentimos orgullosos de ser el espacio donde tu creación siempre ha deslumbrado y seguirá deslumbrando al gran público de nuestro país”.
“Mi padre, mi gran inspiración”: Diego Luna
Presente en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el actor y productor Diego Luna, hijo de Alejandro Luna, en entrevista, externó que su padre es su gran inspiración para todo lo que hace: “Por él soy quien soy; fue él quien me enseñó a ver teatro, a escuchar historias y luego contarlas . A él le debo todo y lo mejor es que lo tengo aquí presente”.
Recordó que al enterarse de que su padre recibiría la Medalla Bellas Artes quiso decirle “que me daba gusto que él escuchara de cerca todo eso que yo escucho todos los días”, pues “soy la representación de mi papá, y dondequiera que me paro escucho cosas bonitas. Hoy me da gusto que se las hayan dicho a él cara a cara”.
Y agregó: “El texto que se leyó hoy dice todo sobre mi papá, pero deja muchas cosas abiertas como para que nos vayamos a investigar, a preguntar sobre la historia del teatro mexicano; son más de 40 años de labor de mi padre Alejandro Luna”.
Previamente a la entrega de la Medalla se proyectó una video-semblanza en la que artistas como los directores de escena Luis de Tavira y David Olguín y los escenógrafos Gabriel Pascal, Víctor Zapatero, Jesús Hernández y Patricia Gutiérrez dieron testimonio de su trabajo al lado de Alejandro Luna.
En el escenario, con una presentación de Juan Meliá, coordinador nacional de Teatro del INBA, la crítica de teatro Luz Emilia Aguilar hizo una semblanza de la vida y obra de Luna, a quien calificó como “pilar del teatro mexicano del siglo XX, una de las figuras fundamentales para la escena mexicana actual”.
En un texto que leyó, la crítica de teatro no dudó en asegurar que con su trabajo como arquitecto teatral, como escenógrafo e iluminador, Alejandro Luna “ha puesto las condiciones para el desarrollo de la práctica del arte escénico en el presente y, sin duda, será inspirador en el porvenir”.
Señaló que su influencia ha estado marcada por la voluntad de riesgo, por su resistencia a las fórmulas dadas y por su lejanía de todo fundamentalismo. “Para él no ha sido atractivo dar prioridad a la fama, a la celebridad. Su trabaja ha sido, en el mejor de los sentidos, una forma de vida, arte en movimiento”, expresó Aguilar Zinser
Por su parte, el director de escena Alberto Villarreal externó a Luna el agradecimiento, “en nombre de la comunidad teatral”, por las enseñanzas que ha dado a varias generaciones de artistas, en las últimas cuatro décadas, dentro del arte escénico nacional.
Contó algunas anécdotas de trabajo conjunto y se refirió al galardonado como amigo y maestro. “En especial, le agradezco habernos dado ese derivado directo de la admiración que es la inspiración (…) Sin el trabajo de Alejandro y sus alumnos no se puede entender algo muy particular de nuestro teatro, que es la enorme fuerza del espacio escenográfico", concluyó.