Premian al proyecto Tlalocan como uno de los descubrimientos más importantes del mundo.
· Un total de 93 nominaciones fueron evaluadas por el Comité de Selección de los Premios del
Fórum de Arqueología de Shanghai, el más destacado en su género
· La exploración del túnel del Templo de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacan, fue
reconocida como uno de los 10 mayores descubrimientos arqueológicos
Los resultados obtenidos por el equipo multidisciplinario que conforma el proyecto Tlalocan. Camino
bajo la tierra, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fueron reconocidos como
uno de los descubrimientos más importantes del mundo en el prestigiado Fórum de Arqueología de
Shanghai (SAF, por sus siglas en inglés).
La exploración del túnel clausurado hace mil 800 años bajo el Templo de la Serpiente
Emplumada, en Teotihuacan, fue considerado entre los diez hallazgos más importantes del orbe,
compartiendo esta distinción con iniciativas que se desarrollan en sitios arqueológicos de China,
Ucrania, Estados Unidos, Kenia, Italia, Egipto, Turquía, Asia Central (Mongolia) y Taiwán.
En conferencia de prensa y a nombre de Teresa Franco, directora general del INAH, Diego
Prieto y Pedro Francisco Sánchez Nava, secretario técnico y coordinador nacional de Arqueología,
respectivamente, expresaron que esta distinción es un reconocimiento para la institución y para todo
su personal académico. “Es un motivo de celebración y de orgullo”, coincidieron.
Destacaron que en el marco del Segundo Fórum de Arqueología de Shanghai fueron
reconocidos, en realidad, dos de las iniciativas de mayor envergadura del INAH: en la categoría de
Investigación fue galardonado el Proyecto Templo Mayor que dirige el doctor Leonardo López Luján,
y como mayor descubrimiento de campo, el proyecto Tlalocan, encabezado por el arqueólogo Sergio
Gómez Chávez.
Asimismo, extendieron la felicitación a otra mexicana, la doctora Linda Manzanilla, de la
UNAM, quien recibió también el Premio SAF 2015 en el ramo de investigación por sus estudios en el
barrio teotihuacano de Teopancazco.
En la segunda edición de este encuentro, que se realizó del 13 al 18 de diciembre en la ciudad
china, se recibieron 93 nominaciones. Éstas fueron examinadas y resueltas por el Comité de Selección
del Fórum, integrado por 38 expertos internacionales de 16 países, según los más altos estándares
internacionales de excelencia e imparcialidad.
Un total de 40 investigaciones nominadas fueron elegidas tras la primera ronda de selección.
Durante la segunda ronda, con los votos válidos de 33 miembros del comité, 21 de las 40 candidaturas
resultaron finalistas de los Premios SAF 2015, 10 de ellas en la categoría de los mayores
descubrimientos arqueológicos de campo (Field Discovery Awards), y 11 en la de investigación
(Research Awards).
El Fórum de Arqueología de Shanghai es una iniciativa global dirigida a promover la
investigación, la protección y la utilización de los recursos arqueológicos y patrimoniales del mundo.
Lo organiza el Centro de Investigación en Arqueología Mundial (RCWA) de la Academia de
Shanghai, y es auspiciado por la Academia China de Ciencias Sociales y el gobierno de esa ciudad.
Sergio Gómez Chávez, director del proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra e investigador de
la Zona Arqueológica de Teotihuacan, expresó que el premio es un reconocimiento al trabajo que este
equipo multidisciplinario —actualmente conformado por 60 personas— ha realizado en los últimos
cinco años y medio.
Para descubrir la ritualidad oculta en las entrañas de La Ciudadela, a 15 metros bajo la
superficie, fue necesario retirar mil toneladas de tierra y piedra. Poco a poco, avanzando en la
exploración del túnel de 103 m de longitud, los especialistas del INAH recuperaron cerca de 75 mil
objetos de los más diversos materiales, dispuestos en medio centenar de ofrendas halladas a lo largo
del conducto.
El experto considera que 2015 ha sido un año de cosechas para el proyecto Tlalocan, pues sus
labores también merecieron figurar en el “Top 10” de los descubrimientos arqueológicos más
relevantes del año, según la revista Archaeology. La publicación del Instituto Arqueológico de
América menciona en particular el hallazgo de mercurio líquido en tres cámaras localizadas al final
del túnel.
Ante los medios de comunicación reunidos en el Museo Nacional de Antropología, Sergio
Gómez dijo que tras concluir las excavaciones en las citadas cámaras, el equipo ha replanteado la
hipótesis original de que ahí hubieran sido depositados los restos de algún o algunos personajes
notables de la metrópoli prehispánica.
“Hemos ido modificando y estableciendo un nuevo paradigma a la investigación y los
planteamientos iniciales. Esto es parte del proceso lógico de cualquier investigación científica”, citó.
En ese sentido, explicó que las esculturas antropomorfas (tres femeninas, una masculina y otra
incompleta) labradas en piedra verde y que se localizaron en la ofrenda que precedía a las cámaras,
pudieran ser la representación de los fundadores de Teotihuacan. El registro de un buen número de
espejos de pirita y piezas de jade, permite suponer que estos objetos fueron portados en bultos sobre la
espalda de las esculturas.
Estas representaciones hacen recordar las ilustraciones de la Tira de la Peregrinación, que se
narra el viaje del pueblo mexica al centro de México, y donde se observa a los sacerdotes-chamanes,
nombrados en náhuatl teomamas, cargando los bultos sagrados. Son estos personajes los guías en las
peregrinaciones y quienes establecen el lugar donde habrá de levantarse el nuevo altar y templo, y
fundarse el asentamiento.
Durante el proceso de exploración se han recuperado miles de objetos en jade, cristal de roca,
serpentina, pizarra y minerales metálicos, como pirita y hematita en forma de espejos. Hay miles de
conchas y caracoles importados de lugares lejanos; se tienen varias decenas de pelotas o bolas de hule,
más de 4,000 objetos y fragmentos de madera y cestería.
Se han encontrado más de 15,000 semillas de diferentes plantas, alas de escarabajos
contenidas originalmente en una caja de madera, pequeños fragmentos de piel (posiblemente humana)
y flores de calabaza, entre muchos más elementos de gran valor simbólico.
Sergio Gómez concluye que el proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra ha llevado a cabo un
trabajo sistemático en cuanto al registro y análisis de los materiales. “Hemos explorado uno de los
considerados mayores descubrimientos, no sólo por la cantidad de objetos hallados en un mismo
lugar, sino porque se trata de un contexto que nos permite entender más sobre la cosmovisión y la
religión del pueblo teotihuacano, en particular, y de los mesoamericanos en general”.