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Libros 2015-12-17 17:21

Conferencia Internacional de Lectura y Tecnología LibrosMéxico

Conferencia Internacional de Lectura y Tecnología LibrosMéxico

La pobreza se puede reducir con el uso de la tecnología en la

educación y alfabetización

ï‚· Dan Wagner expuso la ponencia Tecnologías para la

educación y la alfabetización: ayudando a los pobres en la

nueva era



Podemos reducir la pobreza mediante el uso de la tecnología con

propósitos de educación y alfabetización, aseguró Dan Wagner al

impartir la conferencia magistral Tecnologías para la educación y la

alfabetización: ayudando a los pobres en la nueva era y los objetivos

de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas en la Biblioteca

Vasconcelos.

El chair in learning and literacy en la Organización de las

Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)

destacó que investigaciones demuestran que la educación ayuda a

que los niños dejen la línea de pobreza.

“Las cosas mejoran cuando tenemos personas que tienen

educación. Un niño, por ejemplo, cuando emigra lo único que puede

traer consigo es su conocimiento, aprendizaje y educación, parte de la

cual será tecnológica.

“En el mundo hay población pobre, no es probable que

desaparezca porque cada año aumenta la inequidad social, educativa

y tecnológica, por lo que tenemos que hacer algo. Lo que sugiero es

promover que las tecnologías jueguen un papel importante como

proyectos de inclusión, equidad y alfabetización”.

En su conferencia, el director del International Literacy Institute

añadió que desde hace 20 o 30 años se tenía la idea de que la tecnología iba a permitir a las comunidades en pobreza dar el leapfrog

(salto de rana hacia adelante) y resolver para siempre sus problemas

educativos y que sin embargo eso no ha ocurrido.



Esto a pesar de que Internet y especialmente el uso de los

teléfonos móviles crece en todo el mundo, incluso en México, ya que

han ganado terreno en los últimos cinco años, esto se observa porque

el 95 por ciento de la población mundial cuenta con este tipo de

aparatos.



“Sin embargo no hemos logrado el éxito que se requiere en la

educación. Una dificultad particular por la que no lo conseguimos es

que cada vez que se inicia un proyecto, generalmente en un lapso de

dos años; es necesario desechar la tecnología o el sistema operativo

que tenemos porque viene otro o en el caso de las bibliotecas porque

se invierte en una laptop y de repente ya no se fabrica”.



El doctor en psicología por la Universidad de Michigan también

compartió información publicada al precisar que en los últimos dos

meses, con base en información de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señala que

solamente 10 por ciento de los hogares en México cuenta con

computadoras en casa y el tiempo que pasan las personas en línea es

de 100 minutos por día, estadística que no es sorprendente, “porque

es evidente que no se tienen computadoras y quizá sus teléfonos no

tiene acceso a Internet”.



Otra de las estadísticas que Dan Wagner reveló fue que entre

más utilizan los niños las computadoras en la escuela o tienen acceso

diariamente a Internet, más bajas son sus calificaciones de lectura,

contrario a los niños que han utilizado una o dos veces la computadora

e Internet, ya que son quienes tienen mejores resultados de niveles de

lectura.



El consejero en la UNESCO igualmente conversó sobre uno de

los problemas que se tienen con el uso de la tecnología: “estamos

cada vez más enfocados en los dispositivos, cuándo se tendrá y qué

podrá hacer por nosotros, y esto no debe ser así, ya que debemos estar enfocados a su propósito, para que a través de este aparato

podamos enseñar a leer a alguien, capacitar maestros o dar acceso a

una información específica”.



En su conferencia, Dan Wagner presentó tres casos en los que

ha trabajado y en los que observó que, en comparación con hace

cinco años, en la actualidad la mayoría de los proyectos tecnológicos

invierten en dispositivos móviles, sobre todo en los teléfonos, “pero el

problema que dan es que las pantallas son pequeñas, no todos tienen

acceso a Internet y además cuesta mucho el tiempo de conexión que

muchos no pueden pagar”.



El segundo estudio que abordó fue que en una sociedad

multilingüe uno de los problemas es que los proyectos digitales

tienden a hacerse principal y exclusivamente en el idioma oficial

nacional y no en lenguas locales.



“Esto es malo porque los niños no pueden acceder a la

información en su propio idioma, no lo pueden entender y sobre todo

no aprenden a leer y eso hará que sea difícil el uso de la tecnología a

fin de mejorar su nivel de alfabetización”.



El tercer caso fue el relacionado al MOOC (Massive Open Online

Course) cursos que han crecido en todo el mundo, pero que, de

acuerdo con Dan Wagner, tienen dos fallas: no son buenos en lo

relacionado a involucrar al estudiante y sólo se enfocan en alumnos

que ya han terminado una maestría o doctorado.



“Sin embargo los MOOC puede ser nuestro futuro, considerando

los objetivos de desarrollo sustentable del milenio, ya que pueden ser

diseñados para un público específico, quienes no tienen acceso a ellos

o que no pueden pagarlos”.



A manera de conclusión, Dan Wagner comentó que para que la

tecnología ayude a reducir la pobreza es indispensable saber más de

las necesidades y deseos de la gente que vive en la línea de miseria,

además de hacer contenidos en distintas lenguas y mejores mediciones del impacto de la tecnología para saber si el alumno está

leyendo más y mejor.



“También se debe saber quiénes son la población objetivo o el

usuario final, ya que la realidad es que en muchos proyectos el

estudiante no lo es, incluso podría decirse y es debatible que suela ser

el profesor el usuario final”.



LCL

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