“La arquitectura es y debe seguir siendo una expresión sublime
del amor”: José Luis Ezquerra
Ø La trayectoria del arquitecto fue reconocida con una mesa redonda en el Palacio de Bellas Artes
Ø Última actividad organizada en 2015 por la Dirección de Arquitectura del INBA
“La arquitectura es y debe seguir siendo una expresión sublime del amor”, afirmó José Luis Ezquerra, durante una mesa redonda realizada en su honor en el Palacio de Bellas Artes, organizada por la Dirección de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El arquitecto español comentó: “Creo en la Trinidad por eso me gusta la geometría; creo en la luz por eso uso el blanco, síntesis luminosa del espectro expresado en Monet y Sorolla; creo en la ilusión porque al no ser realidad pura me permite trabajar con los sueños y utopías de García Lorca y El Quijote; y creo en la arquitectura a la que he dedicado toda mi vida con fe y profesión”.
De acuerdo con la titular de la Dirección de Arquitectura, Dolores Martínez, el creador de los complejos turísticos y clubes privados Las Hadas, Club Maeva y Sierra Manzanillo “nunca ha dejado de aprender, de sorprenderse, de caminar entre el dibujo a mano alzada, entre nubes azules y muros blancos, entre el agua, los jardines y los patios, entre muchas noches de trabajo, seguramente placentero”.
En la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, José Luis Cortés, presidente del Colegio de Arquitectos de México, dijo que el arquitecto Ezquerra “nació con un don divino, que es saber interpretar la calidad espacial de la gente que ha beneficiado”.
Su don divino, agregó, lo ha podido desarrollar a través del dibujo, una habilidad que pocos arquitectos en todo el mundo han tenido.
Para la arquitecta Sara Topelson, el homenajeado es un hombre que posee una rica conversación, amena, fluida y fascinante, tras haberlo conocido como maestro de historia de arquitectura en la UNAM.
“Con precisión y profundo conocimiento nos llevaba mentalmente a recorrer lugares y sus espacios, así como sus conceptos rectores del diseño y voluntades que definen morfológica y estéticamente cada una de las obras analizadas. Las suyas eran verdaderas cátedras que nos entusiasmaban siempre y nos estimulaban para seguir leyendo e investigando”, recordó.
Señaló que en sus clases Ezquerra mostraba que la historia de la arquitectura era como la gran lección, la enseñanza para atender los retos de hoy y los retos del presente, es decir la historia como modelo de composición arquitectónico-espacial siempre ligado al sitio, clima y experiencia del lugar.
Luego de resaltar su “sexto sentido para dibujar todo lo que plasmaba con palabras”, apuntó que Ezquerra, al igual que Mathias Goertitz, opinaba que la arquitectura es un reflejo espiritual del hombre y su tiempo.
La investigadora y arquitecta Louise Noelle dijo que Ezquerra se inscribe en los postulados surgidos en la arquitectura del siglo XX, en el sentido de que privilegia los materiales y la adecuación al clima, así como las costumbres y las posibilidades económicas.
José Reygadas, también arquitecto, señaló que Ezquerra es un monstruo vivo de la arquitectura mexicana.
En la ceremonia se dijo que el arquitecto, radicado en México desde hace más de medio siglo, “desarrolló una forma de arquitectura original que vislumbra y representa una expresión surrealista de sensaciones y sentimiento de culturas lejanas”.
Cabe apuntar que el reconocimiento a José Luis Ezquerra fue la última actividad realizada por la Dirección de Arquitectura en 2015.