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Musica 2015-11-23 21:17

La Compañía Nacional de Danza cumplirá 52 años el próximo 26 de noviembre

La Compañía Nacional de Danza cumplirá 52 años el próximo 26 de noviembre





A lo largo de su trayectoria artística ha logrado conformar un repertorio integrado por 131 obras



La Compañía llega a su aniversario muy sólida: Laura Morelos, directora de la agrupación





El próximo 26 de noviembre, la Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) celebrará su 52º aniversario. Más de medio siglo de trayectoria artística la respalda, periodo en el que ha enriquecido el quehacer artístico nacional con propuestas clásicas e innovadoras, y espectáculos que se han vuelto toda una tradición en nuestro país.



“La Compañía llega a su 52º aniversario muy sólida. Estamos agradecidos con todas las personas que han trabajado en ella y que nos han permitido tener la solidez, una infraestructura y un público que se ha formado gracias a los artistas, los coreógrafos, la gente de vestuario y de las oficinas que nos han ayudado a hacer esta institución”, comentó en entrevista Laura Morelos, directora de la agrupación.



Los orígenes de la Compañía se remontan a 1963, cuando se creó el Ballet Clásico de México por iniciativa de Celestino Gorostiza, entonces titular del INBA, al fusionar dos grupos independientes: el Ballet Concierto, dirigido por Felipe Segura, y el Ballet de Cámara, a cargo de Nellie Happee y Tulio de la Rosa.



Con esta aleación de géneros clásico, neoclásico y contemporáneo nació una agrupación estable de ballet en México que ha rescatado el repertorio de la época de oro de la danza mexicana e impulsado el trabajo de obras clásicas y neoclásicas, además de apoyar la labor de bailarines, maestros mexicanos, coreógrafos y diversos creativos alrededor de la disciplina.



“La Compañía desde un principio tuvo el objetivo de preservar las obras clásicas y ampliar el repertorio contemporáneo y neoclásico. Es una misión que ha sido una constante. Indudablemente, a nivel nacional es la agrupación dancística con más trayectoria y calidad, y la que tiene más años de historia”.



Con la primera función que ofreció el Ballet Clásico de México se dio reconocimiento oficial a la danza clásica que se hacía con tanto esfuerzo en el país y fue todo un acontecimiento en la vida artística y cultural nacional. En ese entonces, la agrupación estaba integrada por 20 bailarinas, 11 bailarines, tres maestros y un director.



“Ahora somos una agrupación con 68 ejecutantes y nos enfocamos mucho a elevar y mantener el nivel técnico. Al ser parte del INBA tenemos la posibilidad de contar con las instalaciones y salones adecuados para los bailarines de danza clásica, neoclásica y contemporánea. En la República hay compañías muy fuertes y estables, como el Ballet de Monterrey, otras en Guadalajara y en Chetumal, pero nosotros tenemos una infraestructura de 52 años”, dijo la ex bailarina.



Durante su primera década de existencia, prestigiadas personalidades de México y el extranjero estuvieron al frente de la Compañía y consolidaron la técnica clásica, además de integrar y ampliar el repertorio con obras internacionales y nuevas creaciones de coreógrafos nacionales.



En 1974 se establecieron las bases necesarias para conformar una gran compañía, lo que generó el cambio de nombre a Compañía Nacional de Danza, que se instituyó por decreto presidencial el 2 de septiembre de 1977. Esta acción fue ideada y desarrollada por el entonces director de la agrupación, Salvador Vázquez Araujo, quien propuso la asesoría cubana y la fundación del Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza para formar bailarines con toda la base académica.





“Todas las personas que han ocupado puestos de directores, gerentes y maestros han sembrado y sumado conocimiento. Pienso que al principio no fue fácil, pero poco a poco las gestiones han permitido que haya una infraestructura mucho más fuerte y sólida. De ahí que los bailarines nacionales e internacionales se interesen por pertenecer a la Compañía. Hacia afuera algo llama la atención de nuestras condiciones de trabajo y del nivel técnico y artístico para que la gente quiera integrarse a ella”.



Con una trayectoria de más de 50 años, la agrupación apuesta por la expresión del ballet clásico y por las visiones contemporáneas, con lo cual, además de preservar y difundir obras del repertorio clásico tradicional que son patrimonio de la humanidad, promueve la contemporaneidad artística al impulsar la exploración de nuevas expresiones dancísticas para entrar en contacto directo con el público de todas las edades y nacionalidades.



La maestra Laura Morelos explicó que el entrenamiento de la Compañía básicamente es de técnica clásica. “Los bailarines que entran a la Compañía lo hacen a través de una audición de técnica clásica. Esta es la base del lenguaje para poder ir a otras ramas. Tenemos ejecutantes que son muy buenos para los ballets clásicos y románticos, pero les cuesta trabajo adaptarse a movimientos contemporáneos, y viceversa”. Cuando vienen coreógrafos como Joshua Beamish se hace una audición para la obra que se presentará, y de ahí se forman los elencos, agregó.



“En estos tres años nos hemos dedicado mucho al trabajo de pies y a mejorar la musicalidad. Siempre hay hacia dónde crecer y avanzar, y no podemos quedarnos estáticos. La vida del bailarín es muy corta: alrededor de los 35 años empieza un decrecimiento de su desarrollo técnico, pero lo que debe hacer es mantener esa técnica.



“Es como ir en contra del reloj, por eso es importante estar en un entrenamiento muy disciplinado y entregado, además de cuidarse el cuerpo. Todos los días los bailarines de la Compañía tienen clases de ballet y en algunas ocasiones hemos traído coreógrafos y maestros de danza contemporánea que ofrecen algunas clases. Se trabaja de lunes a sábado, de cinco a seis horas por día”.



Actualmente, la Compañía cuenta con un repertorio integrado por 131 obras que van desde lo clásico y tradicional hasta piezas neoclásicas y contemporáneas. “Hemos tenido a muchos coreógrafos nacionales e internacionales, pertenecientes a la Compañía e invitados, como George Balanchine, John Cranko, Nellie Happee, Oscar Ruvalcaba, José Luis González, Tania Pérez-Salas, James Kelly y Gloria Contreras, entre otros. En la mayoría de los casos manejamos el repertorio clásico como El lago de los cisnes, que cumplirá su 40º aniversario, y El cascanueces, con el que en 2015 festejaremos 15 años de presentarlo en el Auditorio Nacional”.



Cada día, la Compañía se esfuerza por llevar lo mejor de su repertorio a diversos públicos y al mayor número de entidades del país. “En estos tres años que he estado al frente he procurado dirigirme mucho a los niños, e incluso hemos presentado versiones para ellos. Hemos buscado plazas y parques donde hemos trabajado para niños en situaciones vulnerables. Recientemente en la Ciudadela tuvimos funciones llenas con personas de la tercera edad, y nos acercamos a ciertos foros para que la gente pueda acudir con precios accesibles, como los teatros Legaria y Xola-Julio Prieto.



“Hemos podido ir a Coahuila, Quintana Roo, Yucatán, Hidalgo, Puebla, Tamaulipas y Baja California, en ocasiones con producciones grandes y en otras con galas de ballet. Estamos abriendo las puertas a muchas posibilidades. Durante dos años hemos ido al Festival Internacional de Ballet de Miami, donde invitan a bailarines de muchas compañías. Hemos estado presentes también en el Festival Internacional de Danza de Vail, Colorado, donde tuvimos el honor de ofrecer un programa clásico y contemporáneo y de recibir críticas muy positivas.



“A fines de octubre la Compañía fue invitada a brindar una función en el Festival Internacional de Danza de Córdoba, Veracruz, y gustó tanto su presentación entre bailarines y estrellas extranjeras que me pidieron que participáramos al día siguiente aunque ya no estuviéramos programados.




Por supuesto, hay mucho por hacer en comparación con otros países donde el ballet es una tradición. Siempre he sido muy perfeccionista y creo que podemos hacer las cosas mejor y buscar las maneras adecuadas para motivar a los bailarines y al público para que se acerquen a nosotros. Tengo la inquietud de correr y de seguir buscando lo que nos nutrirá más para poder dar pasos hacia adelante. Estamos muy orgullosos de tener más de 50 años y de estar en el nivel actual, y no nos vamos a detener. Es tiempo también de agradecer al público que ha seguido a la Compañía, su confianza y habernos permitido entrar en ellos”.

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