La Orquesta Sinfónica Nacional interpretará la música de la película Volver al futuro en su 30º aniversario
El domingo 22 de noviembre en la Arena Ciudad de México, bajo la dirección del estadunidense Erik Ochsner
El INBA conversó con Ochsner, quien por primera vez dirigirá una orquesta mexicana y dijo sentirse emocionado por esta experiencia
En 2015, la película Volver al futuro de Robert Zemeckis cumple 30 años. Para celebrar la fecha, durante el otoño en diversos países se proyecta este hito de la cultura pop con la música original interpretada en vivo por diferentes orquestas, y México no es la excepción. El domingo 22 de noviembre a las 18:00, la Orquesta Sinfónica Nacional hará lo propio bajo la dirección huésped del estadunidense Erik Ochsner, ante un público masivo en la Arena Ciudad de México.
Esta será la primera vez que Ochsner dirigirá una orquesta mexicana, y lo hará con la más importante del país. También será la primera ocasión que abordará la música que Alan Silvestri compuso para el filme protagonizado por Michael J. Fox y Christopher Lloyd. No obstante, no es ajeno a este tipo de espectáculos que ha cobrado auge en la actualidad: también ha llevado la batuta en proyecciones de cintas como El señor de los anillos y las dos más recientes entregas del clásico de ciencia ficción Star Trek.
“Estos proyectos son generados por el propietario de los derechos de la película, el compositor o algún amigo suyo. En este caso particular fue ideado por David Newman, un director y compositor muy famoso en la industria fílmica de Hollywood y amigo de Alan Silvestri, y ya se está presentando en Nueva York, Indianápolis, Tokio, Sidney, Melbourne, Los Ángeles, en muchas ciudades del mundo. Entonces, la compañía con la que trabajo estos espectáculos cinematográficos me propuso el verano pasado dirigir la música de Volver al futuro en México, y yo dije: me apunto, vamos a hacerlo, suena bien”, refirió Erik Ochsner al ser entrevistado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
A decir del conductor, que lo mismo dirige ópera, grandes orquestas o ensambles de cámara en salas tradicionales, así como música de películas para miles de personas, las funciones fílmicas con la ejecución de la partitura en vivo pueden ser un camino en la formación de públicos para la música de concierto, aunque no necesariamente sucede así, pues estos son muy diferentes entre sí.
“Como músicos debemos recordar que esto es arte, pero también entretenimiento. Si a la gente no le gusta lo que hacemos no compra boletos, y si no vendemos boletos no podemos permanecer en este negocio.
“Hay personas que solo van a la ópera porque no les gusta la música sinfónica, y hay otras a las que les encanta la obra de Bach, Mozart, Schumann, Schubert y Haydn, y jamás van a la ópera, y está bien. Hay gente que únicamente asiste a El cascanueces o a El Mesías una sola vez al año, y también está bien. Y ahora además están quienes acuden a las proyecciones cinematográficas con orquesta, que en realidad no es algo nuevo: las películas silentes se presentaban con música en vivo en las salas”.
En este tipo de espectáculos, como ocurrirá este domingo 22 de noviembre con Volver al futuro, se proyecta la película de principio a fin, con los diálogos y los sonidos incidentales. Lo único que se suprime de la cinta es la música, la cual es la protagonista de la experiencia con la partitura en vivo. Incluso, para que los asistentes puedan apreciar la ejecución de la orquesta, se deja en el foro una luz tenue.
Para el director resulta algo complicado, pues la música debe sincronizar con lo que el público aprecia en la pantalla. Para ello se vale de un monitor que solo ve él y el cual le indica los tiempos precisos, o de un metrónomo (o clic) que escucha para el mismo fin.
Claramente emocionado por su cita en nuestro país, no con la camiseta, pero sí con la gorra de la película puesta, Erik Ochsner afirma disfrutar lo mismo al dirigir un espectáculo de esta naturaleza que una ópera; presentarse ante cientos o miles de fanáticos de cierto género cinematográfico o filme que frente a un público que apenas supera una decena, como ocurrió cuando condujo una breve pieza de cámara en un pequeño salón y una jueza de la Suprema Corte de Estados Unidos decidió sentarse justo a su lado. “Fue un poco extraño. Estaba dirigiendo y junto a mí estaba una de los diez jueces más importantes de Norteamérica”