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Museos 2015-10-25 19:46

ESTUDIOS TRANSDISCIPLINARIOS PONEN AL VALLE DEL MEZQUITAL EN EL MAPA

Históricamente vista como una región sometida

ESTUDIOS TRANSDISCIPLINARIOS PONEN AL VALLE DEL

MEZQUITAL EN EL MAPA

*** Los próximos 26, 27 y 28 de octubre se llevará a cabo el Coloquio El Proyecto Valle del

Mezquital: 30 años, en el Museo Nacional de Antropología

*** Investigadores del INAH y la UNAM, principalmente, dictarán alrededor de 20 conferencias.

Asimismo, se presentarán cinco de carácter magistral

Con investigaciones sistemáticas bajo el brazo, antropólogos, etnógrafos, arqueólogos,

historiadores y etnohistoriadores, se reunirán en el Museo Nacional de Antropología (MNA) para

exponer una serie de aspectos que modifican la visión que ha imperado sobre el Valle del

Mezquital y sobre los hñahñu u otomíes, tildados como grupos siempre marginados y sometidos

“que no aportaban nada a la cultura”.

Ése, al menos, era el reclamo de los hñahñu cuando el Proyecto Valle del Mezquital

comenzó a trabajar la región hace tres décadas. “Ellos nos decían: ‘No podemos ser los

dominados de la historia’, entonces nos pedían que los ayudáramos a comprender ese lugar que

habían tenido antes de la Conquista”, comenta el arqueólogo Fernando López Aguilar,

coordinador de este equipo transdisciplinario de investigación.

Los próximos 26, 27 y 28 de octubre se realizará el Coloquio El Proyecto Valle del

Mezquital: 30 años, en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del MNA. El encuentro es

organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de dicho proyecto,

el Posgrado de la ENAH, la Coordinación Nacional de Arqueología, la Dirección de Estudios

Históricos y la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas.

López Aguilar, doctor en Historia, resalta que las misiones culturales y los estudios

antropológicos en el Valle del Mezquital dieron inicio en los años 20; una década después el

recién fundado Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM dedicó estudios a la región y

los intensificó en los 70; “sin embargo, no había trabajos arqueológicos sobre el área, y la

historia escrita sobre la misma era en general muy pobre.

“Como Proyecto Valle del Mezquital llegamos a mediados de los años 80 con la intención

de entender si los sistemas de adaptación que se veían etnográficamente en las poblaciones

otomíes —básicamente un patrón de asentamiento disperso y casas de penca de maguey—

eran de larga duración, es decir, si provenían de la época prehispánica.

“Otra de nuestras inquietudes era saber si los otomíes habían sido un pueblo dominado

por todos los grupos. De acuerdo con la tradición histórica fueron explotados por los toltecas, los

aztecas, los españoles, etcétera, de manera que esta situación de opresión y miseria

continuaba. El panorama encontrado por el Proyecto Valle del Mezquital en estos 30 años es

más complejo a lo históricamente dicho”.

La iniciativa ha puesto particular atención a los desarrollos culturales xajay, tolteca y

azteca, así como las representaciones de pinturas rupestres presentes en la mayoría de las

barrancas de la región. Hasta ahora el área prospectada abarca aproximadamente 900

kilómetros cuadrados.

Mediante recorridos puntuales se han registrado alrededor de 650 sitios de distintas

temporalidades: abrigos rocosos con evidencia prehistórica, como pinturas rupestres (5000 a.C.);

sitios de la época Clásica (450-650 d.C.) y Epiclásica (650-950 d.C.) como Pahñú —principal

centro ceremonial de la cultura xajay y abierto al público en 2012—; del Posclásico (950-1521

d.C.) como el sitio azteca del Coatepec ubicado sobre el cerro Hualtepec y la cabecera otomí de

Ixmiquilpan, llamada Tlazintla. Más otros coloniales que abarcan capillas, iglesias, haciendas,

ranchos, minas y caminos reales.

Para López Aguilar, investigador del Posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e

Historia, el Valle del Mezquital (que cubre 7,000 km² en el límite septentrional mesoamericano) y

lo otomí “están ahora en el mapa”.

En la actualidad hay muchas más investigaciones y, por tanto, miradas, sobre un lugar

donde se pensaba sólo habitaban “grupos marginados que no aportaban nada a la cultura”.

Ejemplo de ello es un proyecto emanado del Museo Nacional de Antropología que iniciará

prospección arqueológica en la región sur del valle, que va de Tula hacia Actopan “y que va a

completar mucho esta idea de fronteras”.

El Proyecto Valle del Mezquital se ha concentrado principalmente en la franja norte de la

región, abarcando los actuales municipios de Huichapan, Tecozautla, Polotitlán, Nopala,

Chapantongo, Jonacapa e Ixmiquilpan, Tasquillo y Cardonal, limítrofes de los estados de

México, Querétaro e Hidalgo.

Luego de 30 años de trabajos se tiene un panorama de “cómo se conectaría esta

población de la frontera mesoamericana con la Cuenca de México”, una relación “cambiante con

el tiempo. Lo que nos queda claro es que entender al otomí actual, al poblador del Valle del

Mezquital, no es tan simple como decir siempre fueron dominados o explotados y sujetos de

otros grupos. Hay una complejidad increíble.

“Los otomíes van a dar sorpresas”, expresa Fernando López Aguilar haciendo referencia

a lo que tal vez plantee la doctora Rosa Brambila Paz, de la Dirección de Etnohistoria del INAH,

en su conferencia magistral, que podría cambiar un poco la noción sobre quiénes poblaban la

Cuenca de México antes de la Conquista. Eran otomíes”, señala el arqueólogo, como aperitivo

de lo que será el encuentro académico.

En el Coloquio Proyecto Valle del Mezquital. 30 años, investigadores del INAH y la

UNAM, principalmente, dictarán alrededor de 20 ponencias en torno a cinco ejes: Los primeros

años, El impacto de 30 años de investigación, Más allá de las fronteras: interdisciplina y otras

regiones, Nuevas perspectivas y variables de análisis entre la Cuenca de México y el Valle del

Mezquital y El Proyecto Valle del Mezquital hoy.

Asimismo, se presentarán cinco conferencias magistrales impartidas por los doctores Lauro

González Quintero, Fernando Brambila, Rosa Brambila Paz, José Rubén Romero y Fernando

López Aguilar.

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