Circulo virtuoso en el Conservatorio Nacional de Música



Dentro de este ciclo, alumnos de la institución académica del INBA ofrecen recitales el segundo y el último miércoles de cada mes



Pianistas, flautistas, violonchelistas o saxofonistas. Es posible encontrar a instrumentistas de diversas especialidades tocando el segundo y el último miércoles de cada mes a las 14:00 en el vestíbulo del Conservatorio Nacional de Música (CNM), como parte del ciclo Circulo virtuoso, organizado por Esther García, profesora de flauta y de conjuntos de cámara en la institución académica del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).



Esther García cuenta que hace dos años y medio los maestros de conjuntos de cámara del CNM realizaron una junta para incluir algo diferente en la programación. El maestro Julio Briseño les comentó que en Estados Unidos y Europa los alumnos se presentan en el vestíbulo de sus escuelas para explorar el espacio y que la gente los escuche.



Fue así que se tomó esta idea, la cual desde hace dos años se lleva a cabo con los estudiantes de los 13 maestros de música de cámara, que en promedio cuentan con diez alumnos cada uno, por lo que las combinaciones entre los instrumentistas llegan a ser de lo más variadas.



“Los chicos son muy entusiastas. La mayoría de las veces son ellos quienes integran y organizan el programa que interpretarán”, señala García.



“Si un alumno invita a un maestro a un recital, es probable que asista. Aquí nadie se puede escapar”. En el horario que comienzan los conciertos del ciclo, los estudiantes del turno matutino terminan sus clases y comienzan a llegar los del vespertino, igual que los maestros, así que la mayoría se queda para disfrutar las propuestas de los jóvenes.



“Lo importante de estas presentaciones es aprovechar el espacio de la escuela y quitarles el miedo a los muchachos de tocar en público; se rompe así la barrera de estar en un escenario, y como práctica es fantástica.



“Cada miércoles de concierto es una sorpresa. Pueden presentarse dos ejecutantes en uno o dos pianos, un pianista con un flautista, un violonchelista o un oboísta; ensambles de percusiones, de cuerdas o de alientos, y cantantes”.



Entre los programas que más han gustado está el del maestro Baltazar Chavarría con un grupo de saxofones. “Empezó muy formal y terminó con todo mundo bailando mambo”.



Uno de los requisitos para presentarse es que hagan su propia difusión, “que aprendan a venderse e inviten a otros alumnos, maestros, familiares y amigos, para que conozcan su trabajo”.



Asimismo, ella solicita a los estudiantes que expliquen al público lo que tocan y que hablen del compositor o de la época en la que se escribió la obra, para que los asistentes entiendan el contexto y encuentren el concierto más interesante.



“Así empiezan su vida profesional. Debemos explotar la música de cámara para que se interprete en muchos más foros. Es importante que los maestros busquen nichos diferentes para enseñar a las nuevas generaciones. Es un compromiso que tenemos”.



---000---