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Libros 2015-09-24 18:49

Resguardara la Academia Mexicana de la Lengua el acervo de Miguel Capistran

A tres años de su fallecimiento



Resguardará la Academia Mexicana de la Lengua el acervo de Miguel Capistrán



· Vicente Quirarte, Adolfo Castañón y Felipe Garrido participaron en Miguel Capistrán: el último de los contemporáneos


La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes fue el sitio donde Felipe Garrido, Adolfo Castañón y Vicente Quirarte, miembros de la Academia Mexicana de la Lengua, recordaron la labor de difusión, amor por la literatura, legado y generosidad del escritor veracruzano Miguel Capistrán Lagunes (Córdoba, Veracruz, mayo, 1939-Ciudad de México, 25 de septiembre, 2012).



El también investigador, ensayista, periodista y cronista del país, mejor conocido como “el historiador de la literatura mexicana”, fue nombrado miembro de número por la Academia Mexicana de la Lengua para ocupar la silla VI en 2011, lo que no se concretó al fallecer días antes de leer su discurso de ingreso en 2012.



Adolfo Castañón informó que la Academia Mexicana de la Lengua albergará el acervo completo del investigador, el cual consta de 77 cajas. “El acervo completo que se entrega simbólicamente este día contiene miles de documentos de diversa naturaleza […] reconocemos la labor de la Coordinación de Literatura del INBA, su titular Mauricio Montiel y Rosalía Chávez, quien nos estuvo mandando un cuadro donde nos refleja esta donación, lo que nos pone a temblar, porque clasificar todo esto va a ser muy complicado, lo que se hará con gusto y respeto”, expresó Adolfo Castañón.



El acervo está compuesto por 553 fotografías, postales y dibujos; cuatro mil 190 periódicos, mil 664 recortes de diarios, dos mil 21 artículos de revista, mil 716 documentos legales, 795 cartas, mil 122 manuscritos, seis mil 624 artículos, tres mil 752 revistas, cinco mil 309 mecanuscritos, mil 50 programas de mano e invitaciones, mil 280 folletos, cuatro mil 548 fotocopias, 13 libretas, nueve negativos, 74 diapositivas, 61 mapas, una cédula, cinco acetatos, 94 hojas sueltas de libros, tres mil 250 libros y 71 libros incompletos. “Muchas gracias al INBA por trabajar en esta clasificación primaria”, expresó.



Sobre esta donación, Julia Capistrán indicó que la familia decidió donar el acervo al INBA para que conjuntamente con otros acervos se siga conformando el legado literario de México.



“A Miguel le encantaba compartir sus conocimientos con todo aquel que tuviera la paciencia de escucharlo. Es una enorme alegría que el fruto de su trabajo no se quede inconcluso después de su muerte y siga a disposición de los estudiosos, investigadores y público, no sólo sus investigaciones sobre los contemporáneos, sino también su trabajo como historiador de la literatura que muestra el talento y creatividad de escritores mexicanos”, apuntó la hermana de Miguel Capistrán.



Para Vicente Quirarte, Miguel Capistrán fue un hombre culto, deliberadamente modesto, por ello le parece revelador e importante que su acervo esté en la Academia Mexicana de la Lengua y mencionó que el difusor cultural fue un estudioso que “dio sumas” que ahora permiten hacer estudios de una generación inagotable.



Recuerdan a Miguel Capistrán



El crítico literario Adolfo Castañón recordó que Miguel Capistrán, junto con Luis Mario Schneider, fue el editor de la obra de Jorge Cuesta, Alí Chumacero, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen y Javier Gorostiza, por lo cual uno de sus méritos fue desenterrar “de la fosa común” de la hemeroteca artículos dispersos, por lo cual no se puede leer a estos autores sin pensar en su trabajo.



El cuentista Felipe Garrido definió a Miguel Capistrán como un buscador de tesoros. “Fue un investigador que desde la UNAM impulsó los trabajos de numerosos estudiosos, gracias a los cuales hoy podemos leer los trabajos completos de Cuesta, Villaurrutia y Gorostiza”.



Recordó que conoció a Miguel Capistrán en la UNAM en 1961, en la Facultad de Filosofía y Letras, y que sus maestros Antonio Alatorre, Margit Frenk, Miguel León Portilla, Margarita Quijano, intentaron enseñarles a leer, haciendo ver que lo primero que hace falta es contar con textos sólidamente establecidos.



“Hay autores, editores, traductores, herederos atentos a que la obra se conserve tal como es al alcance del público, otros son descuidados por toda clase de razones, lo que algunos escriben queda disperso en revistas y periódicos que a su vez pueden estar perdidos en archivos, sacar a la luz esos materiales, comparar versiones, establecer cuándo fueron escritos y publicados, limpiarlos de las intervenciones de editores o correctores y de los descuidos del propio autor, esa es la tarea a la que dedicó su vida Miguel Capistrán”, expuso Felipe Garrido.



Agregó que además de libros, Capistrán publicó artículos y ensayos en periódicos y revistas, como El mundo de Córdoba, Excélsior, El Heraldo de México, El Universal, La Jornada, El Día, unomásuno, Reforma, Espejo, Revista de la Universidad, La cultura en México, Vuelta, Biblioteca de México y seguramente otras revistas, lo que alguien debería recoger.



En opinión de Michael Schuessler, quien fungió como moderador en el evento, la partida de Miguel Capistrán desvaneció un universo de conocimientos, anécdotas, efemérides, recuerdos y datos.



“Para retar al olvido y la indiferencia, Miguel dejó una obra compacta, pero diversa, que incluye su controvertido libro sobre Jorge Luis Borges a quien trajo a México en dos ocasiones: 1973 y 1978, y que detalla los pormenores de su estancia en este país. Miguel era un apasionado del acontecer diario y su gran pasión fue dirigida hacia los contemporáneos”, finalizó.



El fallecimiento de Miguel Capistrán postergó para siempre su ceremonia de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua que se celebraría el 9 de octubre de 2012.



“Con la recepción de sus papeles, con la presencia de todos ustedes le damos la bienvenida de manera formal y agradecemos, honramos su talento, su generosidad, la lección viva y permanente de su pensamiento”, apuntó Vicente Quirarte.



DAF

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