En la Sala Manuel M. Ponce
Ingresa a la Academia Mexicana de la Lengua el académico Alejandro Higashi
· Es gran compromiso ser parte de una institución cuyo fin es la sociedad, la educación y la lengua, afirmó el filólogo
El académico Alejandro Higashi Díaz, la noche del 10 de septiembre, recibió en ceremonia solemne el diploma e insignias que lo reconocen como integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, institución que en su plenaria del 14 de agosto de 2014 lo eligió para ocupar la silla I.
En el acto, realizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, presidido por Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua; Felipe Garrido, director adjunto, y Vicente Quirarte, secretario; el doctor en literatura hispánica por El Colegio de México pronunció su discurso de ingreso en el que se refirió a la edición crítica, las notas al pie de página, la lectura continua y discontinua, y a la alfabetización académica.
Designado como miembro de la AML por sus conocimientos lingüísticos y méritos literarios, Alejandro Higashi Díaz manifestó que al ser notificado lo primero que pasó por su mente fue que había muchas otras personas que merecían esta distinción por sus talentos, méritos universitarios y aportes a la cultura nacional que, dijo, en su caso eran pocos, dispersos y dispares.
El profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa) agradeció a Margit Frenk promover su designación y a José Pascual Buxó y Patrick Johansson el haberla secundado, e indicó que este nombramiento lo percibe como un enorme compromiso de trabajo dentro de una institución centenaria cuyo fin último es la sociedad mexicana, la educación y la lengua.
“No veo mi designación como un mérito personal, sino como representante de una universidad joven en su cuarta década como yo, y miembro de una generación de investigadores en su tercera y cuarta década que han apostado por la universidad como forma de vida y han recibido frutos académicos importantes, ya que tienen una lista de pendientes por cumplir”, expresó.
En su discurso de ingreso, Alejandro Higashi nombró a sus predecesores ocupantes de la silla I: don Guido Gómez de Silva, José María Bassoco, Anselmo de la Portilla, Ignacio Aguilar y Marocho, Luis Gutiérrez Otero, Emilio Rabasa, Carlos González Peña y Jesús Guisa y Azevedo, “honorables académicos de extracciones diversas”.
El ahora más joven de los miembros de la Academia Mexicana de la Lengua expuso en su discurso de ingreso el uso de las notas al pie de página en el ámbito académico e indicó que si lo que se quiere es formar lectores de lecciones críticas se tiene que pensar en una alfabetización académica, crítica textual y “ponernos al lado de quien lee la edición crítica”.
Indicó que algunos especialistas ven las notas al pie de página como un evento contranatura y la lectura continua es consustancial al placer de leer, lo que podría ser así, de no ser que leer de forma continua es el mejor camino para no entender, a lo que se preguntó ¿qué placer puede tener leer de continuo si no se ha comprendido nada? “La lectura continua es una dirección única, acumulativa y descontextualizadora, el mejor camino para no entender nada”.
Agregó: “Leer para entender implica experimentar y jerarquizar en un plano superior, la base empírica de todo esto es la lectura discontinua que obliga a quien lee a detenerse para reflexionar y en muchos casos investigar el significado de una palabra que no se conoce al relacionar una parte del texto con otra pero posterior”.
Indicó que las notas a pie de página de la edición crítica podrían convertirse en un modelo de lectura asistida donde la llamada pie de página entienda a quien lee para identificar zonas léxicas borrosas de su mapa cognitivo y precisar su sentido.
“Las notas al pie de página ayudan al lector con experiencia a detectar lo que no entiende, parecerá absurdo el que alguien lea sin entender, pero no podemos olvidar que nuestro sistema educativo se ha preocupado en que se entienda la idea y no el discurso”, comentó Higashi Díaz.
En el cierre de su discurso, el miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 2, expuso que la edición crítica educa sin que nos demos cuenta. “No sólo nos revela lo que no sabemos o ignorarnos, sino que nos ayuda a colmar ese vacío. […] ¿No se aprende mejor leyendo ediciones críticas, no se aprende a leer mejor leyendo en ediciones críticas?, yo apostaría que sí, concluyó.
Al responder el discurso de Alejandro Higashi, José Pascual Buxó comentó que el ingreso del académico es un signo elocuente de la renovación de la Academia Mexicana de la Lengua en pro de la conservación y estudio de la lengua nacional, y los estudios del filólogo destacan por su lúcida y sutil erudición atizados en frecuentes ocasiones por un estimulante sentido del humor.
“En su discurso don Alejandro habló de la necesidad de proporcionar a los estudiantes los primeros rudimentos académicos, es decir, alfabetizarlos de manera formal y sustancial con el fin de capacitarlos para percibir las variadas referencias y las recónditas reflexiones de un texto literario y con ello alcanzar su más amplia comprensión y pleno disfrute estético e intelectual. […] Don Alejandro sea muy bienvenido a su casa, los frutos de su trabajo nos aclarará a todos”, finalizó José Pascual Buxó.
DAF