Ciclo Conversando con nuestros cineastas
Inició serie de charlas con el actor José Carlos Ruiz en la Cineteca Nacional
El ganador de cinco premios Ariel compartió con el público sus experiencias en la filmación de El Apando de Felipe Cazals
“El cine es un aparador donde se expone lo que somos. Yo siempre he dicho que el cine es el espejo, es el alma del ser humano: nos enseña cómo somos, por qué somos así, cómo podríamos ser mejores”, declaró José Carlos Ruiz durante la primera sesión de “Conversando con José Carlos Ruiz”, que se llevó a cabo este 10 de septiembre en la Sala 4, Arcady Boytler.
La serie de pláticas, organizada por el Departamento de Extensión Académica en el marco del ciclo de charlas Conversando con nuestros cineastas, se llevará a cabo todos los jueves hasta el 15 de octubre. En cada sesión, después de la proyección de una de sus películas, el actor zacatecano platicará con el público y responderá sus preguntas.
En la primera charla se proyectó El Apando (Felipe Cazals, 1976), cinta basada en una novela de José Revueltas que retrata la vida de los internos del penal mexicano de Lecumberri y en la que Ruiz interpretó a un reo apodado El Carajo. La violencia gráfica y emocional de la película, así como la crudeza de sus personajes, fue lograda gracias a la severidad de su director quien buscó reflejar la brutalidad natural de los seres humanos.
El histrión cinco veces ganador del Ariel considera que la película se ha mantenido vigente porque cumple una función cultural: ayuda a que la audiencia se observe y piense. ”Cuando uno piensa y sabe defenderse, y sabe cuál es su derecho y cuál es su obligación, dónde es justo, dónde es injusto, puede, no pelear a mano limpia o a puñetazos o a balazos, sino con la palabra”, aseguró. “La cultura es el don más preciado que puede tener un ser humano y la herencia mayor que puede uno dejarle a un hijo”.
Agregó que el rodaje de El Apando fue una experiencia estresante que degradó su salud y su estado anímico. “Todo mundo estaba nervioso porque Felipe es tremendo”. El director los llevó a estados de tensión con su mal humor para retratar más efectivamente el ambiente carcelario. “Me dio una gripa de la patada. Me sentía muy mal. Pero todo esto me ayudó: ya era de alguna forma el Carajo”, comentó el actor al público.
Antes de finalizar la charla, se le preguntó por qué había aceptado a participar en este ciclo de conferencias. Ruiz respondió conmovido: “Soy un enamorado del cine y, bueno, de alguna forma, estoy ayudándome a estar vigente, no a estar en mi casa olvidado a Dios. Aquí estoy vigente, con 56 años de carrera y con un público enfrente que me pregunta cosas, que me aplaude: el regalado soy yo. El inmerecido soy yo. El que agradece infinitamente esta estancia en este momento, soy yo”.
“Conversando con José Carlos Ruiz” continuará el 17 de septiembre con Los albañiles (Jorge Fons, 1976); el 24 de septiembre con La guerra santa (Carlos Enrique Taboada, 1977); el 1 de octubre con Vidas errantes (Juan Antonio de la Riva, 1984); el 8 de octubre con Goitia, un dios para sí mismo (Diego López, 1989), y el 15 de octubre con Dos crímenes (Roberto Sneider, 1995).
RGY