Alberto Ruy-Sánchez charlará con la periodista Lydia Cacho
Como parte del ciclo Protagonistas de la literatura mexicana
El martes 8 de septiembre a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce; entrada libre
Pienso que el autor convoca al fuego, pero solo el lector lo enciende: Alberto Ruy-Sánchez
Vivir durante ocho años en París significó para Alberto Ruy-Sánchez una gran influencia para “eso” que comenzaba a construir cuando era estudiante, y que en ese momento no tenía contemplado como una carrera literaria. Es más, él no ve su larga trayectoria profesional como una carrera. “Te das cuenta de eso cuando ya vas corriendo”, dice en entrevista para la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Como parte del ciclo Protagonistas de la literatura mexicana, el INBA reconocerá la trayectoria de Alberto Ruy-Sánchez, poeta, ensayista y narrador notable, pues su obra ha dado prestigio a las letras mexicanas en el ámbito internacional. Entablará un diálogo con la periodista Lydia Cacho el martes 8 de septiembre a las 19:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. La entrada será gratuita.
Ruy-Sánchez tuvo la oportunidad de asistir a magníficas conferencias y de ser uno de los alumnos que tomaron clases con destacados personajes de la cultura francesa, como Roland Barthes, Gilles Deleuze y Jacques Rancière. A pesar del conocimiento del que se ha provisto, prefiere dejar de lado los protagonismos y comulga con la idea de compartir, tal y como lo hizo al escribir su libro Una introducción a Octavio Paz (1990), obra con la que ganó el Premio José Fuentes Mares.
“Lo único que siento con fuerza es que tengo una deuda. Así como logré hacer un libro sobre Octavio Paz, que no fue escrito para elogiarlo, sino para ayudar a los otros a que lo comprendan, siento que debo ayudar a otros a que comprendan eso por lo que yo pasé”, explica Ruy-Sánchez.
La revista Artes de México actualmente suma más 90 números en su haber. Comenzó a fraguarse hace más de 20 años bajo la propia dirección de Ruy-Sánchez y Margarita de Orellana, y ha integrado una enciclopedia de las culturas de México. Alberto también se ha desempeñado como editor y conferencista porque, asevera, ha tratado de tener un oficio que le dé autonomía.
“Si me la paso viajando es porque parte de mi oficio es dar conferencias y asesorías, y compartir mis libros en otras lenguas. Eso es lo que me permite ser independiente y no tener que depender de estar en la universidad o todas esas cosas… que son las salidas naturales del mundo creativo, porque no hay tantas; o tener otros oficios”.
Hace más de 40 años comenzó a dibujar en su imaginación las historias que actualmente componen Quinteto de Mogador (2015), pero hace más de dos décadas fue cuando comenzó a publicarlas. El libro conforma un ciclo narrativo que gira en torno al deseo, visto desde distintas aristas. En Los nombres del aire (Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 1987) habla del deseo femenino; en En los labios del agua (1996), del masculino, y en Los jardines secretos de Mogador (2001), de una conjunción de deseos. Nueve veces el asombro (2005) y La mano del fuego (2007) son los últimos volúmenes que componen esta búsqueda.
“Muchas veces lo más importante de una obra no la piensa o no la puede planear el autor, sino que está en manos de los lectores que la hacen suya, y para mí eso es parte del encanto del arte: lo que tú nunca puedes controlar. Pienso que el autor convoca al fuego, pero solo el lector lo enciende”.
Según el propio Ruy-Sánchez, Quinteto de Mogador es “la constatación de mi locura”. El libro reúne 91 fragmentos. “Siempre pensé que al ponerlos juntos no deberían sumarse, sino multiplicarse, y que la gente al leerlos buscaría otras perspectivas que no se ven si no se tiene todo el panorama”.
A lo largo de todos estos años como escritor ha aprendido a seguir aprendiendo, pues no hay ninguna solución o fórmula, refiere. “Tiene que ver con la patología de cada persona. Pero pienso que no adquieres las cosas, sino que pasas por ellas y entonces los conocimientos no los posees, sino que pasas por ellos y tomas los que te sirven para algo específico”.
El reconocimiento que le hará el INBA por su trayectoria lo acepta con agrado, pero para él es importante esta ocasión para hablar de otros asuntos. “No creo mucho en el cultivo de mí mismo como algo más interesante que los libros. Y tampoco quiero pensar en términos de mérito. Pienso que es como un regalo que me dan y que yo acepto y agradezco”.
El protagonismo incomoda a Alberto Ruy-Sánchez “porque en realidad es de las cosas que hacen daño en el mundo creativo”, afirma. “Me choca la palabra homenaje, la verdad me incomoda mucho, pero me interesa que hablemos de los libros”. Por eso reconoce que “cuando me dicen un elogio me dan ganas de irme corriendo a trabajar, para merecerlo”, finaliza.
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