Resuena la resistencia y la expresión cultural indígena en la Ciudad de México, en el marco de la II Fiesta de las Culturas Indígenas
Durante el último día de la II Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, los visitantes se acercaron a la resistencia cultural, la oferta musical y la tradición oral indígena en la Ciudad de México
Miles de personas se acercaron a los 68 grupos étnicos que habitan el territorio nacional a través de los vibrantes colores de la artesanía indígena, sus exquisitos sabores y sus místicos olores medicinales
Las Bandas Filarmónicas de la Sierra Norte de Oaxaca, el rap totonaco de puebla, la construcción cultural de la Ciudad de México y la importancia de las narraciones orales, fueron los temas de reflexión para los visitantes en esta ultima jornada
A lo largo del último día de actividades de la II Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, el público pudo apreciar la riqueza cultural de la República Mexicana al escuchar, con una banda monumental, los sones de tres bandas filarmónicas de la Sierra Norte de Oaxaca, las rimas del rap totonaco de Puebla y la importancia de la tradición indígena en la Ciudad de México.
En la mesa de discusión “¿Qué son los Pueblos y Barrios Originarios en la Ciudad de México?”, el antropólogo Iván Gomezcésar Hernández, quien se ha sumergido en la diversidad cultural de algunas zonas de la Ciudad de México, como Milpa Alta, Cuautepec y Magdalena Contreras, recordó a los presentes la gran importancia del sistema productivo de chinampas que llegaba al Zócalo capitalino hasta hace poco más de un siglo, el cual era manejado por los indígenas y se convirtió en la base social de la capital.
“La mezcla entre la población que ha llegado, con la anterior, permite la permanencia de los pueblos indígenas, quienes distribuidos a lo largo de la Ciudad de México, actualmente resisten a través de sus fiestas, usanzas y tradiciones”, detalló Gomezcésar en el Foro Carlos Montemayor.
Lo anterior, dijo, se enmarca en la vecindad y la convivencia entre familias, quienes generan el sentido de identidad y comunidad que mantienen vivas las tradiciones. Dijo que la celebración del Día de Muertos y el Carnaval Huehuenches en Cuautepec, son sólo algunos ejemplos de la importancia de estas expresiones culturales, las cuales, aseguró, en gran parte, son subsidiadas por la propia comunidad.
“La Ciudad de México es patrimonio de todos los mexicanos, defender la parte cultural que somos es defender el futuro”, concluyó Gomezcésar, quien actualmente es académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Más tarde, en el marco de esta fiesta multicultural, la escritora y socióloga Elisa Ramírez Castañeda, presentó al público los cuatro volúmenes de “Tradición oral indígena mexicana”, que contienen la traducción de cuentos de diversas etnias, realizadas con el fin de acercar esa riqueza cultural y narrativa a los hablantes del español y no perder la cosmovisión que las fecunda y las eterniza.
“Este libro tiene un doble objetivo, pues, por un lado, busco que la gente que no es indígena reconozca a quien sí lo es a través de estos cuentos, y, en segundo lugar, pretendo que quienes son indígenas se reconozcan también entre sí”, enfatizó Ramírez Castañeda.
La colección, editada por Pluralia en 2014, se conforma de cuatro tomos que son: Mitos; Cuentos de animales, tramposos, flojos, compadres y otros pícaros; Héroes fundadores, reyes subterráneos y seres extraordinarios; y Juan Oso, Blanca Flor y otros cuentos maravillosos de ultramar.
Acompañada del escritor y editor Hermann Bellinghausen, Elisa Ramírez aseguró que para esta edición fungió más un papel de traductora, y concluyó que la tecnología “ha irrumpido la manera de contar y de ser en esta sociedad”.
Por otro lado, en el Foro Carlos Montemayor el público se acercó a la Legislación de Políticas Públicas en Materia Indígena, a través de los activistas Leticia Aparicio y Pedro González, así como la abogada social Bárbara Zamora, moderados por José Luis Castro, quienes tomaron como tema principal la defensa y reconocimiento de los derechos indígenas.
Los exponentes propusieron encontrar la justicia social que permita lograr la igualdad de los pueblos y las comunidades indígenas, ante la sociedad en general, la política y los medios de comunicación.
Resuena la cultura indígena en el Zócalo capitalino
Desde la mañana del domingo, en el Escenario Principal, la música de diferentes pueblos de Oaxaca se hizo sonar a través de lo que se conoce en sus fiestas como una Audición de Bandas Filarmónicas, que reunió, en este caso, a tres agrupaciones, pero que en fiestas tradicionales puede sumar hasta ocho bandas musicales.
Se trata de la Banda Filarmónica Seis Hojas de Laxopa, Banda Un Sueño Más de San Juan Evangelista Analco y Banda Rey Condoy de Tlahuitoltepec, representantes musicales de estos pueblos zapotecas ubicados en la sierra norte de Oaxaca, quienes hicieron bailar a los visitantes y exponentes de esta fiesta cultural al interpretar de manera conjunta y espectacular las melodías Bajo el cielo Mixe, Sones de Betaza y Dios nunca muere.
A las 13:00 horas el hip hop y el rap se hizo presente en lengua totonaca a cargo de Juan Sant, originario de El Terrero, Puebla, quien se caracteriza por imprimir a sus letras toda la “sequía, carencias e injusticias” que vive la gente de las comunidades indígenas, además de la discriminación de la cual son objeto en la actualidad.
Desde temprana hora los asistentes a la fiesta recorrieron los pasillos repletos de colores, aromas y sabores indígenas que se traducían en bisutería, artesanías, ropa, platillos tradicionales, plantas medicinales y dulces típicos, tanto de las 68 etnias que habitan nuestro país, así como de la oferta cultural de la tribu Yaqui y Bolivia, invitados de honor en esta edición.
El ánimo de la gente creció conforme fue avanzando la jornada, los compradores y curiosos incrementaron gracias al variado mosaico cultural que cada uno de los 460 expositores compartieron en esta II Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, la cual concluirá este mismo domingo 30 de agosto.