Moving 360°, espectáculo escénico inclusivo





Ø Dos actrices “rodantes” y tres “caminantes”



Ø Finalizará su temporada en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque el domingo 30 de agosto





“Ser o no ser, ser o no ser”, repiten como un mantra las cinco actrices, al tiempo que realizan enérgicos movimientos con los que entrecruzan sus caminos; cinco historias, cinco mujeres con las preocupaciones, necesidades y conflictos de los seres humanos. Esto es Moving 360°, espectáculo escénico inclusivo de la autoría de Ray Nolasco.



En el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque se presentarán las últimas funciones de Moving 360°, el viernes 28 de agosto a las 20:00 horas, el sábado 29 a las 19:00 y el domingo 30 a las 18:00. En esta puesta en escena participan dos actrices españolas en silla de ruedas, “rodantes”, y tres mexicanas “caminantes”, a decir de Nolasco, que también dirige la obra.



“El teatro inclusivo surgió por la inquietud de preguntarnos qué pasaría si no pudiéramos desplazarnos por el escenario, ahora que está de moda el teatro del cuerpo o circo contemporáneo donde se necesitan acróbatas o grandes capacidades físicas y corporales que el actor debe tener. ¿Qué pasa si no las tengo? ¿Me quedo fuera de la jugada? ¿No puedo aspirar a los castings? Y empezamos a investigar sobre la inmovilidad, que nos dio pie a la movilidad emocional, porque el teatro, a fin de cuentas, es un movimiento interno, más que externo”, señaló el también director de la Compañía de Teatro ReNo.





“Esta obra es un trabajo contundente. Puedes amarlo u odiarlo. El público se sorprende con lo que ve, con lo que se cuenta. Es un espectáculo nada sencillo. Apelamos a la visibilidad, a la mirada diferente, a no quedarnos solo con lo que observamos, sino a ir más allá, porque la inclusión tiene que ver con el otro. La discapacidad está en la mirada del otro. Apelamos a encontrar las diferencias de cada ser humano que es capaz de construir un universo.



“La historia no toca de forma abierta el tema de la discapacidad, porque está implícito: es la vida de una escritora que sufre con sus demonios internos porque no tiene el reconocimiento de su pareja, lo que le desata un caos emocional, y es a partir de la novela de la autora que surgen los personajes, que son lo que ella está pensando.



“Existen otros trabajos en los que participan personas con discapacidad”, refirió Nolasco, pero como labor social o trabajo terapéutico, no como mirada artística, por lo que difícilmente se encontrará algo igual en cartelera, agregó.



“Me tocó la lotería”, afirmó María Dolors López, una de las actrices españolas. Comentó que, en Barcelona, es bailarina en silla de ruedas, y que cuando Ray Nolasco se puso en contacto con ella para invitarla al proyecto, fue como un sueño, además de poder venir a México, país que no conocía.



“Mis expectativas se quedaron cortas. Antes de iniciar la temporada, vinimos a ver muchas puestas en escena y me di cuenta de la magnitud del Centro Cultural del Bosque, con un público fiel y conocedor. Me dije: ‘no estás en un sitio chiquito’, por lo que el reto fue mayor. En cada función pongo lo mejor, y el aplauso del público es mi recompensa.



“México ya está en mi corazón. Me ha gustado mucho. Los mexicanos son muy parecidos a los españoles, pero con un corazón todavía más grande. De verdad quiero volver”.





La otra actriz española es María José Moya, quien aseguró que desde hace 14 años realiza teatro, y danza, desde hace más de un lustro. En una gira por España conoció a Ray Nolasco, quien le compartió su proyecto y la invitó a participar.



“Esta es mi primera experiencia en lo que yo llamo teatro en movimiento. Me llama la atención el hecho de ver que es algo tan innovador y me emociona ver cumplido el sueño de Ray y ser parte de él.



“La respuesta de los espectadores es muy buena en general. No se plantean que en este proyecto hay dos personas con diversidad funcional, sino que simplemente se quedan tocados por la historia que se cuenta y cómo se cuenta, en un lenguaje diferente”.



Adriana Reséndiz e Itzel Maldonado, dos de las actrices mexicanas, comentaron que ha sido una experiencia muy enriquecedora y de mucho aprendizaje; de entender nuevos lenguajes y expresiones; de trabajar con nuevos cuerpos, lo que genera crecimiento tanto artístico como humano. “Es una obra que trabaja mucho la parte humana de cada una de nosotras”, señalaron.