Terminará temporada de la obra Viaje a la luna en el
Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque
Ø Últimas funciones, el sábado 22 y el domingo 23 de agosto a las 12:30 horas
Ø Lo que más atesoramos es la conexión con el espectador: Verónica Albarrán, directora del montaje
Una travesía hacia el interior de uno mismo, hacia los sentimientos y los pensamientos, guiados bajo la luz azul de la luna, es Viaje a la luna, montaje que concluirá temporada el próximo fin de semana en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural de Bosque. Las últimas funciones serán el sábado 22 y el domingo 23 de agosto a las 12:30 horas.
“No es una historia y no hay una moraleja. Nuestra intención no es enseñar algo, pues Viaje a la luna es un periplo evocativo, un ejercicio de la memoria”, expresó en entrevista la directora del montaje, Verónica Albarrán, y agregó que uno de los principales objetivos de la puesta en escena es ofrecer un remanso a los espectadores, niños y adultos.
La obra se desarrolla bajo una sola incógnita: ¿qué es la luna? “Puede ser una barra de queso, un pastel, una galleta, la cabeza calva de mi papá, un sueño, un beso, un oso. Queríamos dejar esa zona de sospecha y no responder, porque lo que buscamos es que la gente pueda encontrar sus propios significantes”, explicó la directora de la compañía Edad Loro Teatro, la cual lleva a la escena Viaje a la luna.
“La luna funciona como una imagen poliédrica que puede contener muchas historias, mismas que son armadas por los espectadores. Esta es una obra que no se cierra, que no se ha acabado, y eso lo comprueban los mensajes por redes sociales que nos mandan las personas quienes nos cuentan sus historias.
“Esto es lo que más atesoramos de la obra, la conexión con los espectadores. Cada función es tremendamente diferente, como lo es en el teatro, pero aquí es más radical, porque tiene cuadros lúdicos de participación que se desbordan de la sala teatral, y los cuales dependen de lo que el público necesite compartir.
“Ha habido funciones muy reveladoras en las que nos percatamos cómo están actualmente los niños. Al iniciar el proyecto hicimos un estudio sobre la violencia en el país y cómo afecta a los pequeños. Las conclusiones son dolorosas. En la puesta en escena hemos confirmado que ellos tienen una gran necesidad de ternura, de encuentro.
“Nuestra intención fue crear una dinámica que generara una alternativa para encontrar nuevas formas de relacionarnos con el otro; que hubiera una pauta para dejarlo hablar, para escucharlo, pero también para saludarlo o dar un abrazo multitudinario, ese toque con el otro que ya no nos permitimos.
“Creemos que el teatro, a diferencia de otras disciplinas, permite ese encuentro de los seres humanos a un mismo tiempo y en un mismo espacio, y nos deja ensayar maneras más amorosas de relacionarnos”.
A partir de este proyecto, el primero de la compañía, se ha planteado continuar en esta línea de trabajo, alrededor de la participación colaborativa de niños para crear espacios de convivencia, dijo por último la directora.
Viaje a la luna se desarrolló como proyecto final de la maestría en dirección escénica de la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y fue escrito en colaboración con niños y niñas morelenses.