Angélica Victoria Díaz Lemus, egresada de la EIA- 4 del INBA,

dará concierto en el Palacio de Bellas Artes





Ø Luego de estudiar en París, la joven pianista regresa a México



Ø “No toco sólo con las manos; lo hago con el corazón”, dijo la intérprete



Ø Jueves 20 de agosto, 12:00 horas, Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes





En 2006, la Escuela de Iniciación Artística Núm. 4 (EIA-4) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) impulsó a un grupo de niños con discapacidad, para desarrollarse en la música. De esta experiencia surgió una nueva concertista: Angélica Victoria Díaz Lemus.



Cuando Angélica cumplió 15 años, sus padres le regalaron un viaje a París. Allá solicitaron matricularla en la Escuela Normal de Música de París y en el Conservatorio Regional de Versalles, y fue aceptada de inmediato.



Ahora, de regreso a México, con 18 años y un repertorio que incluye música de Chopin, Bach, Beethoven, Scriabin y Liszt, la joven pianista, invitada por el INBA, brindará un recital el próximo jueves 20 de agosto a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, para después regresar a continuar con su formación en Francia.





La protagonista del concierto recuerda a su madre, la señora Elizabeth Lemus, bailarina de flamenco, quien también tomó clases en el Conservatorio Nacional de Música. Ella fue su primer vínculo con el piano, sin embargo, asegura que fue a los nueve años cuando descubrió un interés profundo y personal por la música y el piano.



“Todo comenzó como una terapia para ayudarme, pero descubrí esta habilidad que ahora desarrollo. Cuando ingresé a la EIA-4 y logré integrarme al grupo de niños regulares; con este esfuerzo ayudé a otros jóvenes con discapacidad a descubrir que podemos ser iguales en nuestro desarrollo de talento”, dijo Díaz Lemus.



Y recordó: “En París cambió mi perspectiva; comencé una formación muy rigurosa. Es un lugar donde me he desarrollado mucho como pianista; el nivel es superior y tengo tres años de esfuerzo continuo. Ahora se ve coronado con la oportunidad muy importante de tocar en la Sala Manuel. M. Ponce”.



Concentrada y conmovida, Angélica Victoria comentó: “En Francia ya tuve la oportunidad de brindar algunos conciertos y para mí es muy satisfactorio porque transmito mi sentir a través de la música, la gente se puede sentir muy emocionada y sorprendida por la música que interpreto y eso me hace sentir muy orgullosa”.



Agregó: “La música para mí es un sentimiento, es como un segundo lenguaje para comunicarme y transmitir mis sentimientos. La semana pasada di un concierto e hice llorar al público, y es que… ya no toco sólo con las manos, lo hago con el corazón… quiero que el mundo se percate que manifestar los sentimiento vale la pena”.



La joven intérprete reconoció que aunque le falta desarrollar conocimiento en cuanto a las técnicas interpretativas, “mi futuro será el de una gran pianista profesional, me dedicaré a eso; me interesa la medicina, pero prefiero la música”.





Asimismo, manifestó que para ella la música es vital para demostrar a los niños con discapacidad que se pueden lograr las cosas e incluso ser mejores: “Para eso debemos abrir la mente y el alma, desarrollar nuestro talento, tener éxito en la vida para que nadie los critique; demostrar que somos iguales, que no tenemos límites, traspasar cualquier barrera de discriminación y lograr lo que queremos en la vida”, concluyó.