El tabú de los vinos de mesa y la tradición de los pingüinos en Lo de Julio

En un mundo donde el vino a menudo se asocia con sofisticación y precios elevados, Lo de Julio se embarca en una misión para redescubrir el verdadero espíritu del vino de mesa: accesible y sin pretensiones.


El vino de mesa ha sido históricamente visto como una opción económica, pero eso no significa que deba ser sinónimo de baja calidad. Originado como una alternativa accesible en comparación con los vinos de alta gama, el vino de mesa ofrece un perfil de sabor que complementa perfectamente las comidas cotidianas. A pesar de su percepción, el vino de mesa no tiene que ser de menor calidad. Aunque no cumple con las certificaciones de denominación de origen ni es un vino de guarda, puede ser un vino delicioso y agradable, ideal para acompañar una comida sin pretensiones.


En Lo de Julio, se ha decidido desafiar las expectativas y presentar una gama de vinos que celebran la esencia del vino de mesa. Los vinos de casa, que incluyen opciones tintas, rosadas y blancas, han sido cuidadosamente seleccionados para ofrecer una experiencia de alta calidad a un precio accesible.


La tradición de servir vino en jarras en forma de pingüinos, es una parte integral de la experiencia en Lo de Julio. Originarios de la práctica común en cantinas y almacenes en Argentina y Uruguay, los pingüinos se han convertido en símbolos de la tradición y la migración. En el pasado, el vino se transportaba en cajas y se fraccionaba en estos envases, con una medida original de un litro que facilitaba el servicio sin derrames.


Esta tradición, con su forma distintiva, ha superado diversos intentos de diseño, desde elefantes hasta otras formas, para convertirse en el recipiente emblemático que conocemos hoy, el pingüino. Su uso no solo facilita la medición y el servicio del vino, sino que también rinde homenaje a la rica historia de las cantinas, donde el vino de mesa se disfrutaba de manera informal, como el vino que un tío generoso podría ofrecer en casa.


En Lo de Julio, existe la creencia de despojar al vino de mesa de su sofisticación innecesaria y devolverlo a su esencia: un acompañamiento sencillo y accesible para todos. Este enfoque se basa en ofrecer vinos internacionales de calidad, incluyendo opciones portuguesas y mexicanas, que cumplen con las características ideales para el vino de mesa. Estos vinos, que son agradables al paladar y accesibles en precio, se sirven en pingüinos que reflejan la intención de ofrecer una experiencia auténtica.


En un mundo donde el ritmo de vida es acelerado, Lo de Julio invita a sus comensales a desacelerar y disfrutar del momento. Con el vino de mesa servido en pingüinos, se busca proporcionar una experiencia que celebre la simplicidad y la autenticidad. Ya sea que estés disfrutando de una comida casual o simplemente compartiendo un buen momento con amigos y familiares, el vino de mesa en pingüino representa la esencia de lo que significa disfrutar de la vida sin complicaciones.


Lo de Julio está comprometido con la tradición, la calidad y la accesibilidad. Al integrar el vino de mesa en nuestra oferta y servirlo en los emblemáticos pingüinos, no solo se rinde homenaje a una rica tradición, también se promueve una experiencia gastronómica que es auténtica y satisfactoria.