El título se presentará este miércoles 18 de marzo
En Contra la fotografía del paisaje, Fernando Fernández une el relato autobiográfico a las experiencias literarias
· El libro es coeditado por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta y Libros Magenta
En su más reciente libro titulado Contra la fotografía de paisaje, Fernando Fernández aprovecha la plasticidad del ensayo para unir el relato autobiográfico a las experiencias literarias, a través de 13 textos sobre los más diversos temas que tocan la vida y el legado de personajes como Jorge Luis Borges, Italo Calvino o Julio Verne, los cuales aparecieron en diversas publicaciones a lo largo del último lustro.
El volumen, coeditado por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta y Libros Magenta, incluye también una entrevista que el autor realizó a su viejo maestro, el editor hispanomexicano Federico Álvarez, alrededor de sus recuerdos de infancia y juventud.
Estos trabajos van del reencuentro de una carta a Marcel Proust, que Fernández tradujo y publicó en una revista universitaria y que años más tarde salió a la venta en una casa de subastas, al análisis detallado de una de las máximas obras de un poeta contemporáneo.
En el camino, hay literatura crematística: el escritor Claudio Isaac, quien relata su relación con su padre, el cineasta Alberto Isaac; el coleccionista Felipe Teixidor, quien cuenta su vida a la historiadora Claudia Canales. Se hace un recuento de las singulares lecciones que daban dos escritores, Salvador Elizondo y Eduardo Casar, en la Facultad de Filosofía y Letras en la década de 1980.
Los textos abordan aspectos de la narrativa hispanoamericana de nuestro tiempo: del chileno Roberto Bolaño, en cuya emblemática novela, Los detectives salvajes, aparecen ciertos usos verbales desafortunados, al colombiano Fernando Vallejo; además de una hoja de ruta por obras de dos poetas mexicanos esenciales, Gerardo Deniz y Eduardo Lizalde.
Estos ensayos son resultado de la lectura de los libros preferidos del autor, los incidentes que cree vale la pena retener, las evocaciones que rondan su cabeza y las lecciones que nunca ha olvidado:
“El espeso averío que puebla las páginas de una novela; el adjetivo que da vida; una anécdota que incita a la tentación de modificarla; la diéresis que marca un hiato; la anómala soledad de un ejemplar de una edición en dos tomos misteriosamente olvidado en una biblioteca incipiente; una frase cuajada de lunfardo; las peripecias de un documento trivial firmado por un viejo escritor que admira, o una marina hecha de palabras, que llena el espacio del cuarto en que se lee con sus aromas, sus vibraciones y sus sonidos”, describe Fernández en la presentación del libro.
También surgen a partir de “la belleza del título de un libro; la belleza del nombre de una comarca a la que sólo conoceremos por sus frondas; la imagen de febrero como una casa en cuyo último piso hay dos cuartos derribados por el aire; el amor de las indias por el tianguis; el río de la memoria que ha arrastrado cuanto existe de firme en la ribera para depositarlo muchos kilómetros abajo, y su exacto contrario, la evocación de unos versos que no pueden olvidarse si no es palabra por palabra.
“Luces y sombras, si se quiere, de un paisaje que es todo menos un paisaje, y que aun si lo fuera no podría ser fotografiado o no de manera general y de una toma abierta porque se perdería la esencia de lo que tiene que transmitir”, dice Fernández, quien concluye que este libro se justificaría si alguno de esos detalles, “si una sola de las parcialidades que conforman su diatriba a favor de las cosas que admira, se quedara en la mente de los lectores como si fuera una pequeña totalidad”.
Contra la fotografía de paisaje se presentará el miércoles 18 de marzo a las 19:00 horas, en la Escuela Mexicana de Escritores, en Francisco Sosa No. 165, Coyoacán, con los comentarios de Julio Hubard, Jesús Silva-Herzog Márquez, Ricardo Cayuela Gally y el autor.