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Cine 2015-08-06 18:10

Revisan en la Cineteca Nacional el cine de Luis Buñuel hecho en Mexico

Miradas al cine mexicano



Revisan en la Cineteca Nacional el cine de Luis Buñuel hecho en México



· El productor rompió con los surrealistas y al decidirlo cambió de lenguaje cinematográfico: Aurelio de los Reyes


En una entrevista publicada en el libro Luis Buñuel: biografía crítica (Francisco Aranda, 1976) el cineasta español afirmó: “En México me convertí en un profesional”. Y sí, todo su periodo mexicano significó su enseñanza, confirmó Aurelio de los Reyes al inicio de su conferencia El aprendizaje de Buñuel, impartida este 5 de agosto en la Sala 4, Arcady Boytler.



La charla formó parte del ciclo de conferencias Miradas al cine mexicano, coordinado por la Academia Mexicana de la Historia y el Departamento de Extensión Académica de la Cineteca Nacional. La exposición del doctor en Historia y en Letras explicó el proceso de Buñuel para dejar el cine vanguardista, aprender a hacer cine comercial y, finalmente, convertirse en “el gran Buñuel”; transformación que se perfeccionó con la realización de películas en México.



El director aragonés comenzó a hacer cine de vanguardia en Francia y se asoció con el movimiento surrealista a finales de los años veinte. Después de un periodo de cuatro a cinco años, sus intereses cambiaron. “Rompe con los surrealistas porque era un grupo muy cerrado. Entonces decide cambiar de público y al decidirlo cambia de lenguaje cinematográfico”, aseguró Aurelio de los Reyes. “Le interesaba llegar a un público más amplio”.



La etapa surrealista de Buñuel se conforma de sus tres primeras películas: Un perro andaluz (Un chien andalou, 1929), La edad de oro (L’age d’or, 1930) y Las hurdes: Tierra sin pan (1933). El periodo estuvo basado en la pulsión sexual del ser humano y, de acuerdo con el investigador emérito de la UNAM, intentaba representar cómo ésta se veía frustrada por las convenciones sociales y las instituciones. El expositor ejemplificó con un fragmento de Un perro andaluz.



Antes de mudarse a México el cineasta realizó cinco cintas para Filmófono, empresa cinematográfica española, que marcaron el inicio de su intento por hacer cine comercial. “Él negó la autoría de esas películas. Se avergonzó de ellas”, comentó el historiador. Estas producciones se caracterizaron por incluir números musicales de zarzuela que detenían la acción y cuya incidencia en el desarrollo dramático era casi nula. A pesar de eso, De los Reyes considera que el sello de Buñuel en estos trabajos es innegable.



La tendencia musical del director continuó en Gran casino (1947), su primera película mexicana, donde logró usar todas las convenciones del cine popular que ya había probado en su trabajo para Filmófono. Adicionalmente, en México también aprendió a utilizar el estilo que pusieron en boga los directores italianos: el neorrealismo.



“Buñuel reniega del neorrealismo. Dice que le parece inmoral, que es muy sensiblero y nada tiene que ver con él”, mencionó el investigador. Sin embargo, aseguró que el neorrealismo italiano tuvo un impacto muy directo en la obra del director. “Por ejemplo, Los olvidados (1950) no se puede concebir sin El limpiabotas (Sciuscià, 1946) de Vittorio de Sica”.



Además de conciliar las peculiaridades del cine comercial con la corriente neorrealista, Luis Buñuel tuvo que aprender a dirigir a sus actores para que dejaran de apoyarse exclusivamente en el diálogo y pudieran expresarse a través de la acción. “El alma humana se va a reflejar a través de las acciones de los personajes”, comentó el historiador. “Todo eso lo tuvo que disciplinar a lo largo de 30 años hasta llegar a Viridiana (1961)”.



El becario Guggenheim considera que Viridiana es la obra cumbre de la evolución de Luis Buñuel porque logra conmover al público sin necesidad de tanto diálogo y lo hace con actores dirigidos “con sentido cinematográfico y no con sentido teatral”.



Para concluir su ponencia, Aurelio de los Reyes presentó la proyección de El gran calavera (1949). “Escogí esta película porque en las entrevistas con Tomás Pérez Turrent, [Buñuel] dice: ‘En esta película era yo un aprendiz del cine “normal”’. Entonces él mismo está diciendo y reconociendo su proceso de aprendizaje”, explicó.



El ciclo de conferencias Miradas al cine mexicano continuará el miércoles 12 de agosto a las 18:00 horas en la Sala 4, con Escenógrafos y directores de arte del cine mexicano, a cargo de Elisa Lozano y en la que se proyectará la película Pedro Páramo (1966) de Carlos Velo.

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